miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿Y qué le leo a Samuel?

Dice Baricco en "Tierras de Cristal":
¿Y cuando se haga mayor? Habrá que contarle algo a este niño. Pero ¿por dónde se empieza? Dime, Pekish, ¿qué es lo que hay que contarle, la primera vez que se le cuenta algo? Justo lo primero: de todas las historias que existen, habrá una que vaya a ser la primera historia que le toqué oír. Habrá una, seguro, pero ¿cuál?
Ando en las mismas por supuesto, no me termino de decidir entre Shakespeare y Borges, o ¿acaso Melville?. No sé. Isabel entre tanto me mira, sonríe como sólo ella sabe hacerlo y con todo su cariño me da con un libro en la cabeza, me dice que me deje de pendejadas y que, por favor, cambie al niño.
Shakespeare, estoy seguro que "As you like it" es justo para él. Habrá que ver si logramos hacer de este príncipe pelotón un bufón Shakespereano....

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Visita de A.

Hoy ha llegado A. Por supuesto no era del todo una sorpresa. A. es amigo de Isabel desde su época de universidad.
Ha llegado cargado con la seria intención de embriagarnos no sólo a Isabel y a mí, su macabro plan incluía a Samuel. Pos supuesto todo quedo en una chanza y no más. Por supuesto…
Isabel pronto nos dejo, la pobre está extenuada y aprovechando un respiro de Samuel, nos dejo por pies no sin antes hacernos prometer que no nos embarcaríamos en una de nuestras disputas.
A. es profesor de literatura y quiere ser escritor. Ha estudiado los diferentes períodos de la literatura y los defiende desde el punto de vista de su efectismo.
En los últimos meses se ha enamorado de lo que denomina realismo sucio y ha decidido condenar cualquier cosa que no se apegue a esa visión del mundo.
Yo he acabado de leer “Tierras de Cristal” de Alessandro Baricco y, por supuesto, lo único que he podido hacer es discutir. La verdad no termino de entender porque me he acalorado tanto. Entiendo la posición acerca de la economía acerca de la hora de escribir pero la imposición del formato de escritura anglosajón me parece arbitraria y ridícula desde que en la universidad pretendieron imponerlo. Párrafos cortos me exigían los profesores, nada de oraciones subordinadas, intente usar el mínimo de comos y puntos y comas, sea económico y directo.
La verdad de haber querido ser económico y directo habría estudiado contabilidad o finanzas. La idea de esa escritura telegráfica y, de alguna manera, limpia me parece detestable. Si existe el lenguaje porque voy a tirarlo a la caneca de la basura, como voy a renunciar, en aras de una limpieza absurda, a cosas como las que dice Baricco:
En los trenes, para salvarse, se leía.
Linimento perfecto. La fija exactitud de la escritura como sutura de un terror. El ojo que encuentra en las minúsculas curvaturas descritas por las líneas el nítido atajo para huir del indistinto flujo de imágenes impuesto por la ventanilla. En las estaciones, vendían las lámparas pertinentes, lámparas de lectura. Se sostenían con una mano, describían un íntimo cono de luz para enfocar la página abierta. Hay que imaginárselo. Un tren en carrera furibunda sobre dos láminas de hierro, y dentro del tren un rincón de de mágica inmovilidad recortado minuciosamente por el compás de una llamita. La velocidad del tren y la fijeza del libro iluminado. La eternamente cambiante multiplicidad del mundo alrededor y el pétreo microcosmos de un ojo que lee. Como un núcleo de silencio en el corazón de una detonación.”

Cuando le leí esto a A. sólo se me quedo mirando y dijo, “A eso precisamente me refiero, demasiadas palabras inútiles, demasiadas palabras que no dicen nada”.
“La literatura no dice particularmente nada”, tercie yo, pero no, A. seguía incólume. Ambos nos acalorábamos cada vez más hasta que salió Isabel furibunda y sin contemplaciones nos puso de patitas en la calle.
Al final terminamos en un bar hablando de lo complicadas que son las mujeres. Más palabras inútiles que se convertirán en algún omento en literatura. Sólo que espero que sea de esa que no teme jugar con el lenguaje, que no se sienta contenta escribiendo sólo en consonantes, que se detenga en las descripción de las cascadas de luces y que no diga tan sólo, “Dos hombres tomando en un bar. Hablaban de mujeres.”
El idioma castellano es increíblemente rico en expresiones que no deberían ser tiradas por seguir imposiciones colonizadoras.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Samuel

Hay ha nacido mi hijo. Es un niño hermoso y pelotón y no hay seres humanos más orgullosos y felices que Isabel y yo.
La madre ha pasado al menos diez horas en labor de parto y ahora está exhausta y durmiendo.
Yo estoy aquí, con el portatil frente a la formación de cunas, saludando a Samuel, quien duerme como los ángeles no sé porque insisto en saludadr como un idiota), y como siempre leyendo el Tarmadón y los recortes de prensa y el diario de Atón al cual ha de sumerse uno de una tal Narya a quien aún no identifico.

EXTRACTO DEL DIARIO DE ATÓN.

Todo sucedió como en un sueño.

ATÓN, EL ACAECER DEL CREPÚSCULO. CRÓNICA GANADORA DEL PRIMER LUGAR EN EL CONCURSO DE CRÓNICA Y REPORTAJE AUSPICIADO POR LA EDITORIAL MAISTOCK. PUBLICA

Salió a caminar con la siempre vana esperanza de que su dolor de cabeza se disipara. Atón sufría desde pequeño de unas cefaleas que llegaban a postrarlo en cama durante días enteros. Mientras vivió en el Hogar Internado de la Compañía de Jesús, se le inculcó que el ejercicio físico podía ayudarle a controlar su padecimiento, así que siempre que sentía que sobrevenía uno de sus dolores de cabeza salía a caminar.
Deambulaba sin ningún pensamiento fijo en la cabeza esquivando la luz que hería sus ojos y le atormentaba. Dio vueltas y revueltas sin rumbo fijo, intentando olvidar el hecho que las provisiones hurtadas del internado se le estaban agotando y que en pocos días tendría que recurrir al robo para lograr sobrevivir.
Pensando o quizás intentando no pensar llegó a un parque cercano donde se topó con unos 20 ó 25 integrantes de Los Hijos del Neón. Al percatarse de ello intentó retroceder pero ya era demasiado tarde. Así que hundió con ahínco las manos en los bolsillos e intentó seguir su camino pasando desapercibido entre la multitud. Miraba con estupefacción como el grupo de integrantes de la pandilla se reían mientras se pasaban entre ellos botellas de maistock y cigarrillos.
Pronto dejó de escuchar las risas al ser reemplazadas por los murmullos burlones de “Muñeco, hey muñeco”. Pronto no pudo dar un paso más. Se encontró de frente con un pecho que le cerraba el paso. Intentó retroceder tan sólo para encontrarse con un par de manos que lo empujaron hacia delante mientras escuchaba como el coro comenzaba a aumentar su volumen y su velocidad hasta convertirse en una salmodia infernal. “Muñeco, habrá muñeco esta noche. Los dejó hacer adelantando sus manos ya no tanto para defenderse como para evitar una caída fácil, un golpe no buscado. Estaba acostumbrado al juego desde sus primeros días en el internado. Allá le había costado poco, un par de dedos rotos, a lo más una pierna. Sabía que en este juego se le iba la vida. Más por costumbre que por deseo empujo el cuerpo más próximo a él. Su acción le valió un “ohhhhh” de reconocimiento y la vinculación de más participantes al juego.
Sintió un puntapié en su trasero, un puñetazo suave, casi una caricia, en la boca del estomago. Una mujer aruñó una de sus mejillas. Alguien escupió su rostro. El dolor de cabeza se incrementaba en notas punzantes. Lanzó un puñetazo hacia el rostro equivocado más cercano a él, el rostro de Skin. La multitud enmudeció.
Escuchó una voz ronca que susurraba por lo bajo, “habrá muñeco está noche”. No se dejó amilanar. No se percató que era un muchacho de quince años en frente de un coloso psicópata. Sintió, más que ver, una hoja de pedernal alzarse a escasos centímetros de su rostro. Mierda, pensó. No tenía ninguna esperanza en el círculo de muerte que se había formado en torno a él y el que esperaban fuera su asesino.
Skin, siniestro, comenzó a jugar con su presa. Amagó una puñalada al estomago. Atón la esquivo con facilidad para encontrarse con un puño de roca que le rompió los labios y un diente. Sin saber cómo sacó ánimos para sonreír. Contraatacó con una patada a la entrepierna de su adversario. Skin adivinó, el golpe y lo lanzó al suelo.
Atón se sintió extrañamente cansado. No alcanzó a levantarse cuando una patada contra su costado le robó el poco aire que tenía. Rodó sobre si mismo para alejarse del líder de Los Hijos del Neón. Escuchó risas y abucheos. Se levantó y se lanzó contra los pies de Skin lanzándolo de espaldas al suelo. Este se lo quito de encima de un golpe. Ahora ambos sonreían.
Giraron en círculos estudiándose entre tanto. Skin lanzó una puñalada que le atravesó el hombro derecho. Atón cayó de rodillas y lanzó un puñetazo contra la nariz de Skin tomándolo de sorpresa, arrancándole un grito de dolor. No perdió el tiempo lanzó una nueva patada al cráneo de Skin derrumbándolo. El dolor del puñal clavado en su hombro acalló su temprana cefalea. Su vista se aclaró. Sin ninguna piedad, convirtiéndose de repente en un animal instintivo se arrancó el puñal de su cuerpo y se lanzó con él hacia el estomago de Skin que se erguía furioso. Este detuvo una vez más el ataque del muchacho intentando desarmarlo. No tuvo éxito. Sintió los dientes acerados de Atón perforarle la muñeca.
De repente se encontró en una situación descontrolada. El muchacho se debatía con una furia desesperada. Al fin el puñal cayó al suelo pero cuando fue a recogerlo se encontró con una bota que se estrelló contra su rostro y lo sumió en la oscuridad. El combate había terminado.
Atón cayó de rodillas ante el cuerpo inmóvil de su enemigo. Escupió una flema sanguinolenta contra el césped y aulló hacia el cielo. Su dolor de cabeza era un lejano recuerdo.
Nadie se acercó a él. Nadie lo felicitó por su victoria. En el círculo de rostros que lo rodeaba sólo atisbó perplejidad y un asomó de temor supersticioso.
De repente se sintió casi alegre. Tomó en puñal de su enemigo y se irguió de nuevo sin saber muy bien que se esperaba de él.
Pronto el mismo Skin se lo enseñaría.

EXTRACTO DEL LIBRO: TRIBUS URBANAS, UN AVATAR MODERNO. ESCRITO POR EL DOCTOR EN ANTROPOLOGÍA URBANA, FERNANDO GALVEZ.

En el neolítico las armas de los hombre primitivos sufrieron cambios, se refinaron, se hicieron más letales. Las tribus de aquella época se prepararon para ejercer nuevas funciones.
Con el descubrimiento del fuego los rostros de estos hombres se suavizaron, se hicieron más humanos. Así mismo las tribus urbanas se fueron civilizando, utilizaron nuevas estrategias para la caza y la expansión de sus territorios. Nuevos líderes sustituyeron a los viejos. Eran necesarias nuevas voces para asumir los nuevos desafíos, ya la brutalidad no podía ser la única respuesta.

MIS OJOS SE LOS LLEVÓ LA MUERTE. ARTÍCULO PUBLICADO EN EL DIARIO “EL COSMOS” DE LA CIUDAD DE KALI EL DÍA 21 DE ABRIL DE 2008.

Por Ruperto de las Casas.
En el día de ayer Emiliano Jaramillo vio por última vez la luz, y no por no haber pagado el último recibo de los servicios, sino por convertirse en una nueva víctima de “Los Hijos del Neón”.
Emiliano era un hombre trabajador que en verdad no merecía esta suerte. Después de tener una humilde casa en el barrio Cacique Suamox y ser padre de familia, tuvo que presenciar como una facción del reconocido grupo arrasaba con todo lo que amaba.
“Fue horrible, afirma esta pobre víctima, vinieron a eso de las seis de la tarde con antorchas en la mano, incendiando todo a su paso. Yo salí con mi familia antes de que le prendieran candela a la casita pero eso no les bastó. A mi mujer la golpiaron y la violaron en mitad de la calle. Mi hijo Hector, de 8 años, intentó ayudarla y lo único que logró fue que lo golpiaran hasta que se le fueron las luces. A mi hija de 15 años se la llevaron y no he sabido nada de ella. A mí, después de ver como violaban a mi mujer me agarraron a patadas y luego me sacaron los ojos. Lo último que pude ver fue como a mi señora le arrancaron una oreja. Yo hoy lo único que le pido a las autoridades es que me ayuden de alguna forma ya que me quedé sin casa y sin familia”
Este es uno de los testimonios de una de las tantas víctimas de la nefasta y sangrienta ola de violencia que tuvo lugar ayer en la ciudad al celebrarse un nuevo aniversario de la existencia de “los Hijos del Neón”

ANIVERSARIO SINIESTRO. ARTÍCULO PUBLICADO POR EN EL DIARIO EL 21 DE ABRIL DE 2008. INFORME ESPECIAL DE ANGELA SOFIA SEPÚLVEDA.

REUTER
AGENCIA EFE
UPI
Una nueva escalada de violencia y barbarie se vivió ayer en la ciudad de Kali al celebrarse el tercer aniversario de “Los Hijos del Neón”.
Desde muy tempranas horas se recibieron informes de actos de vandalismo en diversos sectores de la ciudad a parecer protagonizados por jóvenes vestidos con la indumentaria de la reconocida tribu urbana. Ya en horas de la noche se reportaron varios incendios en diferentes puntos de la ciudad y atentados a cuarteles de policía y edificios públicos.
Aunque se trataba de una ola de violencia anunciada de antemano la militarización de las calles no fue suficiente. A las fuerzas del orden público se enfrentaron miembros de la tribu en grupos pequeños y armados tan sólo con lanzas, arcos y piedras disparadas con hondas.
Hasta la madrugada los ataques habían dejado 150 muertos entre representantes de la fuerza pública, miembros del grupo subversivo y civiles. Se han reportado al menos unas 200 personas mutiladas y multimillonarias perdidas entre asaltos y actos vandálicos.
Esta nefasta celebración se atribuye al aniversario de la muerte de la menor de edad Silvia Lorena Valencia en un enfrentamiento entre la policía y la pandilla conocida como “Los Areperos” liderada por el autodenominado Skin, reconocido líder de “Los Hijos del Neón”.
Se espera que el día de hoy las autoridades realicen una excursión a la ZV58a3 reconocido hogar de la mencionada tribu urbana.