martes, 17 de marzo de 2009

La experiencia metaficcional

Conocí el termino metaficción a partir de la explicación que da Stephen King en el volumen sexto de su serie de “La Torre Oscura”. King la usa para justificar su propia inclusión como personaje en las aventuras de Roland aunque confiesa que el término le choca por pretencioso.
En mi caso particular pretendí utilizarlo en la primera fase de este blog para narrar una serie de hechos que tenían lugar en una distopía caótica que tenía lugar en un futuro no muy lejano. Sin embargo esta idea fracasó al no tener un conjunto amplio de seguidores que día a día siguieran el intricado laberinto de mi mundo y constantemente se quejaran de la confusión que les generaba al punto de no volver a leer el blog porque se sentían perdidos y ajenos. Isabel siempre fue uno de sus más aguerridos críticos. Sin embargo la experiencia, a pesar de su dificultad, ha sido una de las más formativas que he tenido como escritor. (Para quienes llegaron tarde y desean tener luces sobre este ejercicio deberán devolverse al primer centenar de entradas que se sumergía en pistas falsas, locuras y catástrofe).
Abandone la experiencia, muy a mi pesar, porque resultó también demasiado agotadora. Sin embargo apuntó a tener pronto un volumen completo que de cuenta de todo el universo de Atón, Skin, Giftys y demás personajes de “Los Hijos del Neón”.
A partir de las entradas sobre mitología y temas relacionados el blog ha pasado a tener otro aspecto y otro espíritu para quienes hasta hoy lo han seguido. Las experiencias de un escritor novel que se está introduciendo en el complejo mundo de la edición y la publicación, pero antes que nada de quien ama las letras por sobre muchas otras cosas sobre el mundo (Isabel odia estas declaraciones).
A todos los que me han seguido hasta aquí les doy las gracias por su constancia y espero que sepan entender que aunque la experiencia metaficcional ha llegado a su fin en el mundo virtual, la experiencia vital en cambio sobre el complejo mundo que nos rodea tendrá su continuación.

1 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

buahh, buahh
snif, snif