sábado, 18 de enero de 2020

LOS HIJOS DEL NEÓN IV


     LOS Hijos del Neón nacieron con esa incursión, con esa primera batalla. Imagina por un momento que la patrulla está en una persecución, cuando de repente los perseguidos desaparecen y la patrulla parece haberse metido en un hueco. Imagina el sonido de la sirena y los principios del desconcierto. Todo está oscuro, porque muchas de las Zonas de Violencia controlada no tienen acceso al servicio eléctrico. En ese momento, uno de los policías piensa que quizá la mejor idea es salir, hacer una llamada, buscar ayuda. Entonces la primera piedra cayó sobre la patrulla provocando un sonido fuerte, ya sabes, como en una película de terror. Luego caen más piedras. Se comienzan a adivinar figuras que se acercan, una piedra provoca la primera fisura en el parabrisas. Pero las cosas sólo están por comenzar. De un momento a otro una lluvia de flechas cae sobre el techo, algunas incluso alcanzan a traspasarlo y se incrustan, casi sin fuerza, en la cojinería. Los policías no saben que sucede. De repente, hay una tercera oleada de asaltantes. Caen con un montón de lanzas sobre la patrulla, en silencio, solo se escucha la piedra desgarrando el metal, desinflando neumáticos, desangrando el tanque de combustible. Mientras tanto, los policías solo han alcanzado a llamar por radio pidiendo ayuda y reportando algo sobre salvajes, indios, que los atacan. Del otro lado solo se ríen de ello.

     Los atacantes desaparecen de la misma forma en que surgieron, de la nada, se reintegran con ella. Así nace la leyenda.

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