-SABLE V-
Interludio (continuación)
Un stencil de una mano empuñando un coctel molotov se convirtió en el símbolo de una lucha que pronto se extinguiría en un mare magnum de otras luchas, en medio de un país que se incendiaba buscando recomponerse. Sin embargo, se lograron cambios, la inflación subió, se disparó el precio de la moneda extranjera y aumentó el hambre en medio de la población descontenta. Los controles militares aumentaron, mientras el gobierno se dedicaba por igual a combatir a las bandas del narcotráfico y a los cientos de tribus urbanas que asolaban las ciudades.
La ONU sonreía complacida por los avances de un país que le ponía al mal tiempo buena cara.
El desconcierto se adueña del chico, quien termina en una clínica psiquiátrica si saber ya cuanto es dos más dos, mientras alucina con lo que pudo haber sido un cambio, cualquier cambio, un mínimo cambio, en meno de un mundo monolítico.
Así, en medio de paredes que en algún momento fueron blancas y hoy son rucias, comienza a ser visitado en medio de sus sueños por una voz que solo posee ojos de un gris viejo. Pronto siente incluso esa voz en la vigilia y siente como intenta ponerse su piel.
No lo sabe, pero está comenzando su despertar.
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