AXZNEL III
“Por supuesto te hablan del bien y del mal. Por supuesto
te han hablado de la perpetuación de la especie. Por supuesto, te enseñaron a venerar
a los guardianes porque ellos cuidan a aquellos que han despertado. No te han
explicado otra cosa, la más importante de todas. Si los guardianes vences,
aquello que consideras cierto y verdadero, aquello que consideras real
desaparecerá, pues el objetivo de los arist y de los guardianes no es otro que
despertar a Eyanael.
Sé que siete son los signos del advenimiento de Araiom. Usé
que uno de ellos era el nacimiento de Axznel. Sé que Araiom despertó a muy
temprana edad y poco más. Pero ambas cosas, significan bien o mal, que le mundo
se acabará, que la realidad misma se va a acabar. Eso no es malo para los
Arist, pero para quienes somos como tu y yo, meros sueños en la mente de
Eyanael...
Si te preguntas sobre Araiom, sé muy poco. El Tarmadón reza
que es hijo de Armún, aquel que se negó a gobernar Tzad-Alt-Buld, la Ciudad de
los sueños, la Ciudad que Sueña o la Ciudad Soñada, porque consideraba que
coartaba su propia libertad. En aquel tiempo Araiom era joven y se apresuró a
tomar el lugar de su padre. Ten claro, que esta historia pertenece a la
realidad y no a la sombra. Aquella aceptación sellaría su destino pues lo consagraría
a mantener la realidad en su lugar. Sin embargo, pronto hubo duda en el corazón
de otro que era caro al creador, Eyanael.
No te rías, sé esto y lo puedo contar, pues Axznel me lo
ha contado a mí. Te lo cuento porque el tiempo de la tribulación está llegando,
porque los guardianes y los arist y los despiertos están viendo como los signos
confluyen y cómo se acerca el tiempo de Araiom, el tiempo del despertar que
teme el mismo Eyanael. Pregúntate en este momento si eres real o un mero
simulacro”.
Por supuesto, lo echaron a patadas del bar antes de que
pudiera decir otra palabra.
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