LA ÚLTIMA
I
Al día de hoy las discusiones
siguen presentándose. Nadie anticipó la existencia de Los Hijos del Neón, y
nadie se explica cómo no se prendió la chispa de la revolución después del
mítico enfrentamiento final que terminó con la vida de Atón y con la de casi
todos los miembros de su tribu urbana. Lo que es cierto es que Narya no fue
hallada, aunque todos los testimonios indicaron que se encontraba junto a Atón
en el enfrentamiento. Los que no cayeron abatidos fueron olvidados en cárceles
y seguir la pista de sus movimientos a través de todos los procesos burocráticos
es una labor casi sobrehumana. Sin embargo, después de atravesar todo el dédalo
de funcionarios y jueces y folios, los testimonios son idénticos: Narya estaba
con ellos. La oyeron gritar en el campo de batalla, la vieron mostrar sus
dientes con furia y atravesar con sus cuchillos de pedernal los cueros de sus
enemigos. Mientras cuentan eso, los ojos de los antiguos rebeldes se animan y
se puede entender porque el gobierno les teme, porque intenta perder la llave
de sus celdas.
Poco se sabe de Narya, aunque se
sabe más de ella que de Atón. Hizo parte de la tercera generación de nacidos en
la ZV58a3 y, al igual que muchos de los jóvenes antes y después que ella, lo único
que podía hacer era sobrevivir, forjando alianzas, sirviendo en las pandillas para
participar de la rapiña; ofreciendo pronto su cuerpo. Al menos hasta que
conoció a Atón.
Los rumores dicen que Narya fue el único amor de Atón. Si se puede llamar amor a la relación que ellos tenían. Dicen, además, que Skin intentó separarlos en muchas ocasiones, no por deseo a ella, sino porque le robaba la fidelidad de su segundo al mando. Lo que no sabía Skin es que Atón solo se pertenecía a sí mismo, y solo seguía su propio camino.
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