AXZNEL VI
Primero pasaron los días y luego
las semanas sin saber nada de Jason y los suyos. Después del primer mes
asumimos que habíamos perdido nuestro dinero. Sabíamos que podía pasar; es
decir, negociamos con criminales. Entonces empezaron los ajustes de cuentas al
crearse un vacío en el poder y comenzamos a dudar. Si bien la suma que
entregamos era considerable, Jason y los suyos no dejarían sus dominios por tan
poco.
El hermano Carlos vio una noche a
un miembro del grupo de Jason mendigando en las calles. Le faltaban las piernas
y un ojo. Se arrastraba como bien podía obre un carrito de balineras. Cuando el
hermano Carlos se le acercó lo escupió y luego le largo una parrafada que no
pudo entender.
Fue lo último que supimos de
ellos y de nuestros créditos. Así que lo dejamos por un tiempo. Había cuentas
que pagar, niños que criar; algunos incluso debieron empezar de cero. Estábamos
vivos, era lo que nos importaba. Pero Axznel seguía por ahí, y ese conocimiento
no nos abandonaba. Así que sucedió lo que debía suceder, y comenzamos a
reunirnos de nuevo y a considerar posibilidades. El hermano Alberto comenzó a hacer
ejercicio, y el hermano Fernando se aficionó a las armas; mientras el hermano
Alonso bajaba a los bares y escuchaba rumores y se hacía amigos de cazadores. Nada
de esto sucedió de una manera coordinada, pero sí conjunta. Comenzamos a
funcionar como un solo organismo con un único objetivo, aunque no fuera
consciente de ello. Nadie lo traía a
colación en las conversaciones, pero comenzamos a vivir solo para ello.
0 comentarios:
Publicar un comentario