viernes, 27 de febrero de 2009

Mitología: mitos y leyendas II

El único corpus mitológico aparentemente fijo por los poetas es el grecorromano. Conocemos esta mitología por Hesíodo, Ovidio, Plutarco y muchos otros que ya no recuerdo (mi memoria no es lo que era). Al decir de muchos estudiosos la mitología que heredamos de Grecia y Roma ya era una suerte de fósil en la que ya no se creía mucho mas aún cuando la filosofía estaba pregonando una nueva forma de ver el mundo: La filosofía. Fue un filósofo precisamente el responsable de descalificar el mito por vez primera y considerarlo como mentira oponiéndolo a un nuevo paradigma dominante, el del logos o la razón, paradigma que aún hoy se mantiene para muchos.
Empero las mitologías de otros pueblos y culturas no mantuvieron este mismo formato, mientras no fueron escritas no se congelaron en el tiempo. Aún hoy, la mitología dominante en occidente, la judeocristiana, es una clara muestra de lo que conlleva tener una mitología viva, una mitología cambiante con contradicciones, renovaciones y cambios constantes en el día a día.
(Continuara…)

miércoles, 25 de febrero de 2009

Mitología: mitos y leyendas.

Existe una clave sin embargo para diferenciar el mito y la leyenda: mientras el mito trata sobre las divinidades y sus relaciones entre ellas; las leyendas hablan de los hombres, sus relaciones entre ellos y con el entorno que los rodea; cuando aparece una divinidad lo hace en carácter auxiliar. El mito es fundacional (del universo, del pueblo, de costumbres, etc), la leyenda es operativa (qué pasa cuando se tala demasiado, qué sucede cuando no mostramos piedad, qué sucedió en la batalla de).
La mayor dificultad empero para diferenciar ambos tipo de narración es que en muchos casos, sino en la mayoría, todo hace parte de un mismo corpus de relatos al que se suele denominar mitología.
La mitología de una cultura no esta solamente compuesta por mitos, también hacen parte de ella las leyendas, los relatos del folklore y hasta los relatos de cacería. Esto sucede por que los mitos de una cultura no son un modelo estático para su fácil estudio por los antropólogos y los escritores. Una mitología es un modelo dinámico del universo que está en continuo ascenso. Recordemos que Freud en su “Totem y Tabú” plantea el origen del totemismo como la divinización del antepasado asesinado. De la misma manera la idea de un dios superior podía cambiar de territorio en territorio como en el caso de los nórdicos, en unos poblados Odín podía ser el dios principal en otros Thor, Trym e incluso Loki.
(continuará…)

lunes, 23 de febrero de 2009

Monomito.

Si el mito operacionaliza el universo, dándole una función y un sentido, la leyenda lo sitúa en el mesocosmos. Dicho de otra forma, si el mito se encarga de dotar sentido al universo entero, la leyenda se encarga de dimensionar su lugar ante lo más cercano, la naturaleza y sus iguales. En la leyenda las divinidades cumplen funciones menores, principalmente de ayuda, soporte y apoyo. Los dioses se ven más como figuras secundarias y su relación con los hombres pierde ese carácter vertical que tiene en el mito.
No es fácil diferenciar siempre una leyenda de un mito y a menudo los estudiosos suelen hablar también de leyendas cuando hablan de mitos. Esta confusión se da en gran parte por las características comunes que comparten las historias heroicas, tanto míticas como legendarias, y que Campbell llama, monomito.
Según esta estructura existe un esquema básico según el cual el héroe tiene un llamado a la aventura, se interna en otro mundo no sin ates pasar por en encuentro con un (o unos) comparten las historias heoricas y que Campbell llama, La estructura del monomito. guardián del umbral; en el otro mundo debe poder tomar un brebaje o amuleto, se encuentra con las entidades divinas mayores, pasa un camino de las pruebas y de nuevo se halla ante un umbral que debe cruzar para volver a su propio mundo con la hazaña realizada. Sin embrago al volver, ya no es el mismo, es otro.
Esta estructura (resumida de manera basta y grosera) lo comparten por igual las historias de héroes míticos tanto como legendarios e incluso muchos autores han basado sus obras literarias y cinematográficas en esta estructura, que podríamos denominar arquetípica.
(Continuara…)

miércoles, 18 de febrero de 2009

Mito II

El mito nace del afán del hombre por encontrar explicaciones a lo que le rodea. Las primeras creencias que se dan son de orden animista. Se creía que todo aquello que existía tenía una vida latente fueran piedras, plantas, animales o seres humanos. Y si hablamos de vida también debemos hablar de muerte, Joseph Campbell, reconocido especialista en mitología nos dice:
“En el conocimiento de la muerte se origina la concepción del mundo que poseemos como seres humanos y no bestias (...)en los momentos decisivos de la existencia, cuando el hombre se hace hombre y se da cuenta de su infinita soledad en el mundo, el temor al mundo se revela por primera vez como el temor esencialmente humano en presencia de la muerte, el límite del mundo iluminado, espacio rígido, también entonces se origina el pensamiento superior como meditación sobre la muerte( ...) y la única forma de expresar de forma comprensible lo incomprensible debe ser una especie de metafísica en la que todo tenga significado como símbolos”
El mito, como forma de entender el universo tiene además cuatro funciones principales:
a) la mística, que conecta el asombro del ser humano con el asombro del universo;
b) La cosmológica, que articula al hombre frente a los misterios del universo;
c) La sociológica, que lo deposita frente a una sociedad,
d) Y la pedagógica que le permite al hombre comportarse según las diferentes circunstancias. (Campbell; 1968)
Un punto que se suele olvidar cuando se habla de mitos, es que ellos nacen del ser humano, nacen de sus miedos y esperanzas. La noche y la muerte fueron en verdad los primeros enemigos del ser humano y las primeras piedras de la civilización tal y como hoy la conocemos. Esto no necesita más confirmación que el hecho de que aún hoy sigan siendo nuestros principales temores. Para oponerse a la noche y a la muerte los primeros seres humanos que tuvieron conciencia de un ayer y un mañana, se dieron a explicar el orden y la relación del todo con el uno y del uno con el todo. Dicho de otra forma, para conjurar la angustia que era el mundo, el ser humano tuvo que inventar su relación y su lugar dentro del universo. La mayor prueba de la valentía y sagacidad de nuestros antepasados fue enfrentarse a dar inicio al hecho titánico de establecer un orden en el mundo conforme a sus deseos y temores. Y lo hicieron con historias.

(continuará…)

martes, 17 de febrero de 2009

Mito I.

La primera idea que debemos sacarnos de la cabeza respecto a los mitos es la existencia de un canon mitológico como tal. Eso no existe ni existió nunca. Lo que conocemos es una mitología según Hesiodo, según Ovidio, según Snorri. El carácter proteico de los mitos es una de sus mayores características. Los mitos cambian, evolucionan, se modifican como en la historia de Anansi, la araña. Este personaje africano quiso ser protagonista de todos los cuentos y le compró los cuentos, su protagonismo de los cuentos, a Nana Nyami, el dios del cielo. Es tal la vitalidad de los mitos que ni siquiera al ponerse sobre papel se quedan quietoso tal a los mitos es la existencia de un canon mitologico , incontables versiones existen de estos relatos.
Lo segundo que debemos olvidar es que la mitología pertenece sólo a las culturas politeístas. El mito ha existido en la mente de los chamanes tanto como en la de los creyentes en Cristo, Buda o Alá, porque en resumen el mito es el relato en el cual se muestran las relaciones de los dioses entre ellos mismos (Orfeo y Eurídice, El matrimonio de Thor, Anansi comprando los cuentos, Inanna descendiendo al infierno) o en su relación vertical con los hombres (Mitos de creación, mito de Caín y Abel) y en la cual conservan siempre su protagonismo. Si existe una creencia en una entidad supranatural y existen relatos sobre esa entidad, entonces podemos hablar de mitos.
La tercera idea que debemos sacarnos de la cabeza es que sólo existe la mitología Grecorromana. Esta mitología se ha estudiado más debido a la importancia que ha tenido Grecia para el mundo occidental, además de ser –gracias a Ovidio y Hesiodo- una de las más sistematizadas que existen. Sin embargo tanto los Navajo como los Kogi como los Inuit como los Bosquimanos como los Incas como los aborígenes de Borneo, tienen y han tenido sus propias historias alrededor de sus dioses y sus creencias.
Uno de los aspectos más importantes de lo que debemos hablar al referirnos a la mitología, es la dependencia de ésta del territorio en el que se desarrolla. Si miramos detenidamente la mitología Nórdica, el valor para ellos más respetado es el valor no el amor. Se debe tener mucho valor para poder enfrentar el frío y las tinieblas y los males brutales del norte. Se debe tener mucho valor para dedicarse al comercio entre países lejanos. Si miramos la mitología judeocristiana, el desarrollo del amor como su máximo valor es muy posterior, el valor principal dentro del antiguo testamento es la venganza, la retaliación. En el mundo musulmán aún hay muchos de estos elementos. Son pueblos que nacieron en un mundo áspero y hostil al que aún se aferran y buscan dominar.
(continuará…)

lunes, 16 de febrero de 2009

Acerca de mitos, leyendas y otras literaturas primigenias I (introducción).

Una de las mayores dificultades que he tenido con la antología de mitos sobre la que estoy trabajando es el acceso a los libros que hablan sobre el tema.
Libros como la “Edda mayor” y la “Edda menor”, el “Enuma Elish” o el “Kojiki”, entre otros tantos, son de difícil consecución en las librerías y bibliotecas de nuestra ciudad. La mayor parte de los libros sobre mitología hablan de los romanos y los griegos.
Cuando me he acercado a libros que hablan sobre mitologías del mundo, en su mayoría para niños y jóvenes, me he encontrado con atrocidades que mezclan los cuentos del folklore con los mitos, las leyendas y, en muchos casos, con los cuentos de hadas.
Recuerdo que en el colegio me enseñaron que mito era todo relato que hablara sobre el origen de las cosas y que leyenda era aquel relato fantástico basado en un hecho real. El tiempo se ha encargado de demostrar la pobreza de esas definiciones y lo peor es que hablando con Isabel me he dado cuenta que esas mismas definiciones persisten hoy sin modificación alguna. Eso es aterrador sobre todo al tener en cuenta los trabajos e investigaciones realizadas por autores como Claude Levi Strauss, Mircea Eliade y Joseph Campbell, entre otros.
En los colegios hoy en día persiste la enseñanza de la mitología griega y romana como la única a tener en cuenta y son pocos los libros atractivos que se encuentran sobre el tema. Algunos de ellos, obras de vulgarización harto interesantes y bien trabajadas son “Por todos los dioses” y el cursillo de mitología de Argos”. Sin embargo la mitología va más allá de eso.
Realizando un breve paréntesis acerca del corpus central que ocupa a este blog, comenzaré a partir de mañana (esto sólo constituye una breve introducción) con una serie de artículos que hablan sobre el tema y que espero sean más esclarecedores tanto para quienes se inician es estos temas como para quienes gustan de ellos.

jueves, 12 de febrero de 2009

Ateos

Escribe Saramago en su blog el día 11 de febrero, El mundo sería mejor si todos fueran ateos. Lamento no coincidir.
He seguido a Saramago en “La isla desconocida”, “La Caverna” y “Ensayo sobre la ceguera”, es un autor sobre el que vale la pena detenerse y sus opiniones sobre el conflicto de la Franja de Gaza, su amor, rayano en la idolatría, por Obama y sus artículos sobre los sucesos actuales me parecen de lo más lucido y respetuosos que se puede encontrar. Pero disiento, el mundo no sería mejor si todos fuéramos ateos.
En primer lugar debo afirmar que con Giftys, Arist y Tarmadón incluido, no soy una persona religiosa mucho menos creyente. Mi campo de creencias se difumina en una niebla incierta en la que hay muchísimas más preguntas que respuestas. Sin embargo en mis momentos de mayor desesperación he pensado que me valdría más tener una fe en alguna entidad incierta que en una botella de Maistock.
La mayoría de las religiones devienen de mitos antiquísimos a los que por razones políticas, sociales y económicas un corpus secular termina dándole forma y dirección. Los mitos dependen del lugar en el que nacen. En los mundos agrestes y desérticos del medio oriente, donde el cultivo fue casi imposible durante siglos, el dios al que se le dio forma fue un dios ansioso de sangre (se puede ver perfectamente en el mito de Caín y Abel) y por lo tanto un dios celoso, vengativo y peligroso. En el mundo vikingo, lleno de hielo y dureza, el valor principal no fue la piedad o el amor, sino el valor.
Sin embargo, existen otra funciones de la religión y del mito que son por completo necesarias para la mayor parte de los seres humanos. El mito (y posteriormente, muy posteriormente, la religión) brindan un norte a las acciones del ser humano, lo reglamentan, justifican su lugar en el mundo y le brinda unas posibilidades de comunicación con el mundo espiritual. Sin el consuelo de la existencia de algo supraterreno a la mayor parte de la población se le haría insoportable su existencia.
El problema no es la religión, es algo que se derivó de ella, algo que no estaba contemplado en el mito y es que nuestra principal responsabilidad no es con los dioses, es con el ser humano, aquel que los católicos llaman prójimo y que D. (psicólogo tenía que ser) denomina simplemente “el otro”.
La religión es sólo el símbolo de un ideal, y lo ideal no es nunca un problema siempre y cuando sea aceptado como tal.

martes, 10 de febrero de 2009

Antología

La vida de un escritor conoce instantes de felicidad y de tristeza en partes desiguales. Hay quienes dicen que sólo quien sufre puede plasmar verdaderas obras de arte, por eso los escritores deben ser sufridos y atormentados como Poe. Hay otros quienes dicen que el escritor debe tener felicidad para poder transmitir algo de luz al mundo.
No sé que de cierto haya en ambas afirmaciones, sólo sé que es tremendamente difícil concentrarse en la escritura cuando tu hijo está irritado porque le están saliendo los dientes. Es imposible avanzar con algo cuando en mitad de una frase aparece un llanto irritado e irritante, con esa característica especial que tienen los llantos de los bebés, esa urgencia que transmiten en ser protegidos.
En fin, avanzo palabra tras dolorosa palabra intentando hacer la antología de mitos. Espero que mi editor no me mate.

lunes, 9 de febrero de 2009

La Carretera

Es un libro de 210 páginas. Todos los sucesos ocurren en una suerte de infierno postapocalíptico donde toda la esperanza existente se halla en cada instante vivido. La noción de futuro es sólo un mal chiste. Se trata de huir, es el relato de una huída patética a través de una carretera asediada por hordas salvaje de caníbales brutales (una de las escenas más salvajes es cuando el padre y su hijo encuentran en medio del bosque un bebe eviscerado y sin cabeza, atravesado por un espetón y asado en medio del bosque) que han olvidado la piedad humana.
Al final del libro nace una suerte de esperanza. En eso el libro miente. En caso de una guerra nuclear, biológica, química, genética o cualquiera de esas formas ingeniosas que estamos probando para destruirnos a nosotros mismos, no sobrevivirá una sola persona nobel. Sólo los malos heredarán la tierra. Sólo ellos tendrán la falta de compasión escrúpulos, moral, para pasar por encima de todos y atreverse a sobrevivir. Sólo ellos tendrán la desfachatez de sobrevivir en un mundo que ya no merece tanto heroísmo. Y no lo merecerá porque será un mundo ya roto y doblegado. De hecho, lo que sobreviva ya no será humano.
“La Carretera”, ese libro de Cormac McCarthy, es una fabula hermosa y tenebrosa sobre la esperanza del ser humano.
Maldice a dios y muérete…

jueves, 5 de febrero de 2009

A un viejo lector II

Es curioso que una carta en la que pretendía aclararle algunos conceptos sobre la complejidad de la literatura fantástica, se haya leído como una justificación, no como lo que era, una apología, una defensa de mi arte. Así que vamos por partes como le dijo el asesino s erial a su víctima.
Para nadie es un secreto que la literatura fantástica ha sido denigrada durante mucho tiempo por los lectores del “canon” clásico, quienes la acusan de escapista cuando no de “simple” literatura juvenil Y/o infantil.
Grandes obras literarias han sido relegadas entonces porque sus primeros lectores no han sido ceñudos hombres lóbregos sino alegres y despreocupados mozalbetes. Hablo de libros como “La Historia Interminable”, “Las Montañas de la Locura”, “Jurassic Park”, “Los devoradores de sueños”, “Conán el Cimerio” o “Los Cuentos de Terramar”, entre otros tantos. Libros que jamás son recomendados en esas listas esnobistas de “1001 y un libros que leer antes de morirse” por la simple razón de ser fantásticos.
Hace poco menos de diez años, uno de las reglas de un concurso de cuento y de novela ampliamente reconoció en Kalí, tenía la desfachatez de poner como una de sus reglas que la historia participante debería reflejar la realidad actual.
Por supuesto, hay razones por las cuales una historia de fantasía es rechazada de alguna manera. En primer lugar la lectura de una obra fantástica exige más de aquello que Tolkien denomina, “voluntaria suspensión de la credulidad”, exige más a nivel cognitivo como emocional. Es más fácil entrar en ese estado ante un libro de asesinatos (como los que vemos todos los días) que ante un libro de ciencia ficción. En segundo lugar las estructuras de los relatos difieren. No se puede juzgar con las mismas reglas al “Ana Karenina” que a “El Señor de los Anillos”. No tienen las mismas estructuras, no usan las mismas palabras, no buscan los mismos efectos. El primero habla de la cotidianidad y del lugar del hombre en su microcosmos. El segundo alude al lugar que el ser humano tiene ante el macrocosmos.
Para entender esto último tendremos que retrotraernos en el tiempo y reconocer que la fantasía y la ciencia ficción son descendientes directos del “mito” como estructura simbólica narrativa. No de la religión, sino de la mitología. Y el ser humano actual, en verdad a partir de Aristoteles, prefiere calificar a la mitología de mentira para no reconocer la verdad de sus símbolos.
Retomando a Tolkien “Él único que podría estar en contra de la evasión es el carcelero” (me perdonaran los puristas, cito de memoria). La fantasía sin embargo jamás da la espalda a la realidad, se moldea a partir de ella utilizando figuras como el simbolismo, la alegoría y la desfiguración, pero quien acude a ella podrá encontrar que no habla de la realidad de un momento sino de La Realidad, aquella que es común a todos los seres humanos confusos y estúpidos a través de todos los tiempos y todas las épocas.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Atón y Skin

Durante los dos últimos meses hemos venido asistiendo a una suerte de comportamiento esquizofrénico de “los hijos del Neón”. Por un lado, la tribu urbana parece haber detenido su proceso de expansión, delimitando su zona en la ZV58a3, y por otro lado parece haber iniciado su época de pillaje y destrucción.
Sin embargo, los habitantes atentos de esta Tierra de Muertos, han comenzado a observar dos comportamientos extraños. El primero de ellos tiene que ver con lo que parece ser una persecución sistemática contra los giftys –al menos 20 de ellos han perecido en los dos últimos meses– y el segundo tiene que ver con la adopción de armas de fuego cada vez más sofisticadas.
Si bien los hechos delictivos de Los Hijos del Neón son de todos conocidos, hasta noviembre del año anterior en la mayoría de sus incursiones aún se hallaban armados con flechas, cuchillos de piedra y venablos primitivos; sin embargo en su último asalto (realizado a plena luz del día y en todo el centro de la ciudad) se hallaban armados con ametralladoras y pistolas automáticas.
Según la inteligencia policial (un oxímoron por supuesto), parece haber un a división interna entre “los Hijos del neón”, por un lado estaría aquellos que buscan acogerse en una suerte de primitivismo estarían guiados por Atón, en tanto que aquellos más violentos y salvajes serían los seguidores de Skin.
Sea lo que sea que este sucediendo dentro de esta tribu urbana, los analistas se hallan encantados diciendo que se trata del principio del fin de este grupo armado.
Amanecerá y veremos, dijo el ciego y lo eligieron alcalde.