GUARDIÁN
I
Donde conocemos a David, un
actor que en alguna ocasión ha sido testigo de hechos en medio de las calles de
Kalí que no puede explicar del todo.
Siempre
te dijeron que eras el protagonista de tu vida, David. Siempre te dijeron que
era tu derecho ser el centro de los focos, el blanco de los paparazzi,
el titular de las noticias de la farándula. ¿Cuánto tiempo ha venido sucediendo
eso?, ¿desde cuándo se discute acerca de tu orientación sexual, tu desayuno
preferido o lo que prefieres hacer cuando estás fuera de los focos? Has sido
más perseguido que Lady Di. Tú, el niño prodigio, la encarnación de todos los
buenos actores, la simulación andante. Nadie sabe hasta qué punto eres un papel
o una persona. Has estudiado cada uno de tus rasgos, de tus movimientos, de tus
pausas. ¿Sabes realmente quién eres, David?
Comenzaste
a cuestionártelo cuando no podías dar crédito ante lo que veían los ojos
mientras conducías por la Vía 32 en medio de Kalí. De repente diste con un
trancón y entonces viste la imagen, una imagen que te recordó a Star Wars
y Highlander, incluso a La princesa prometida. Sin embargo, tu aguzada
conciencia de las cámaras no pudo detectar ninguna, ni una iluminación decente
para la escena. Sin embargo, ahí estaba. Sobre un puente peatonal de esa ciudad
venida a menos que es Kali, un par de siluetas, de las que no podías distinguir
edad, sexo o color, se embestían a espadazos.
Eran espadas de esas grandes, David, ¿lo
recuerdas? Espadas que en alguna ocasión te explicaron que tenían que ser
blandidas a dos manos y desde un caballo, pues nadie tenía la fuerza ni la
capacidad de maniobra para manejarla desde el suelo. Sin embargo, las figuras
se embestían con esas armas ¿Recuerdas las chispas, los trozos de metal y
concreto que volaban por momentos? No supiste cuanto tiempo estuviste mirando
la escena hasta que las luces del helicóptero de la policía lo llenaron todo, y
las figuras se desvanecieron saltando entre los techos del barrio colonial
hasta perderse quién sabe dónde.
Entonces una parte de ti lo supo, David. Una
parte de ti quiso saberlo todo, entenderlo todo. Pero no podrás David, en esta
historia ni siquiera eres un asistente de producción.