domingo, 26 de septiembre de 2021

LA VERDAD DE FANTASÍA

 


LA VERDAD DE FANTASÍA

Para Alexa

Karl Konrad Koreander y Bastián Baltasar Bux tuvieron, a kilómetros de distancia, la misma pesadilla y la misma sensación de alivio. En la pesadilla, una niña con cara de no matar una mosca iba tras ellos en un túnel interminable que se iba agostando cada vez más, hasta que al fin sentían su mano en uno de sus pies. Al voltear a mirar se encontraban viendo un rostro hierático que se iba desfigurando hasta verse convertido en un solo orificio con tres hileras de filosos dientes. Sin embargo, antes de que pudiera devorárselos, algo tiraba de ella y desaparecía para siempre. Karl y Bastián nunca se habían sentido tan felices, pues sabían que Fantasía estaba siendo atacada de nuevo y podían, al fin, descansar.

“La de los ojos infinitos, allá voy”, gritó Sandra Suarez Sánchez, mientras ingresaba en Fantasía y entraba en un peladero que poco a poco iba siendo devorado. La de los ojos infinitos y ella conversaron y le fue impuesto el Auryn y fue señora de toda Fantasía hasta que el olvido se fue apoderando de ella. Entonces, cuando no supo más de sí misma, fue conducida de nuevo ante la emperatriz infantil, quien la recibió en su comedor, mientras se devoraba un comerrocas adobado con sangre de silfo. Entonces le iba contando la historia de Fantasía, adormeciéndola con su suave voz de terciopelo. Sandra Suarez Sánchez, sentía entonces como la iban desnudando y luego marinando en ricas salsas, para después ser servida a la soberana de Fantasía.                              

sábado, 25 de septiembre de 2021

GUARDIÁN V

 


GUARDIÁN V

Donde conocemos la verdadera naturaleza de David en un mundo que empieza a comprender, pero en el que no puede obrar.

 

 

     Fue como una vuelta al principio de alguna manera. Atravesabas un puente peatonal enfundado en un abrigo largo, porque era una temporada de esas frías, y tu habías comenzado a comprender no a obrar. Seguías una presencia de las fuertes, aunque asumías que eras bastante bueno y disimulado. Sin embargo, la criatura, o lo que fuera, simplemente se paró en seco en mitad del puente y de la nada sacó una espada con la que te atacó.  No hubo advertencia, solo la negra hoja veloz que se hubiera incrustado en tu cabeza si no hubieras reculado con rapidez y echado a correr sin mirar atrás. Pensabas que de haber llevado la espada hubieras podido hacer algo. Lo que no sabías es que precisamente el no haberla llevado contigo te había salvado, porque fuiste leído como aberración y no como amenaza.

     Lo que no sabías David, es que mientras tú te creías especial, eras considerado una mera aberración de la que no se sabía en absoluto que esperar. A veces, solo a veces, las aberraciones como tú son empujadas al despertar, pero en esta ocasión estábamos demasiado ocupados con lo que estaba sucediendo, los ángeles caídos, las criaturas aladas ferales que parecían haber surgido en Taz-Nel y que ahora eran cazadas en Kalí, Suamox y Madein por igual. Lo que no sabías David, es que, aunque parecía que te encontraras a uno de nosotros en cada esquina somos en verdad muy pocos.

     Entiéndelo, David, en millones de tus años, no hay criaturas más insólitas que aquellas a las que llamáis Giftys, su aparición retumbó en más de un sentido a través de todos los mundos, de todas las esferas de eso que tú llamas existencia y nosotros sueño.                               

domingo, 19 de septiembre de 2021

CIRCO

 

CIRCO

Soñó con un circo. Un circo enorme, de, al menos dieciséis carpas rojas que se fueran intercambiando alrededor de un eje central, donde la experiencia fuera tan diversa que para un espectador el espectáculo siempre fuera nuevo.

No contento con los tradicionales trapecistas, payasos, fareros, ogros, bailarines, osos desempleados, beisbolistas en apuros, delincuentes juveniles, cuenteros y coreógrafos, se dio en la tarea de contratar artistas del vidrio y del cacao, de la construcción de estructuras en hielo, un político honesto, y 207 millonarios adictos a idear viajes al espacio. Nada había sido dejado al azar, cualquier contingencia había sido planeada hasta el más mínimo detalle.  

EL primer día no llegó nadie. El segundo día no llegó nadie. El tercer día solo llegó una foca proveniente de los llanos colombianos que les contó siete de dieciséis vidas (era una foca joven). El cuarto día llegó una sarta de turistas alemanes. El quinto día llegó Peter Pan y los niños perdidos. El quinto día no llegó nadie. El sexto día llegó una delegación de piratas espaciales, que disfrutaron de la experiencia durante diecisiete días seguidos dejando a cambio el resultado de media vida frenética dedicada al pillaje. El circo pudo haber cerrado entonces para siempre, pero lo mantenía era el amor de su creador y su fe en que debí seguir existiendo. El día veinticuatro llegaste tú, y te enamoraste tanto del acto de los perros pomeranes, que quisiste hacer tu propia casa de azúcar para vivir con nosotros, y desde entonces eres uno más entre quienes vivimos en el circo. ¿Ya entiendes por qué siempre estás tan cansado y el sueño nunca es reparador?

GUARDIÁN IV

 

GUARDIÁN

IV

Donde somos testigos del despertar de David. 

 

     No te la podías quitar de la cabeza. Soñabas con ella. Soñabas con movimientos que repetías en la vigilia. Dejaste de contestar el teléfono, de escuchar música, de ver televisión, de ver a las personas. Las redes se conmocionaron cuando dejaste de actualizar tu día a día. Los medios divagaron acerca de depresión e incluso hubo quienes especularon acerca de intentos de suicidio y uso de drogas. Mientras tanto tu despertabas.

     Te diste cuenta de que la mujer del tercer piso del edificio de una amiga era exactamente igual a la secretaria de una Agencia de modelos que a veces visitabas en Manhattan; que el compañero de piso que se suicidó cuando tenías diecinueve años, tenía el mismo rostro y cuerpo que un artista recién descubierto en Beirut. Empezaste a encontrar patrones, claves, semejanzas en lo que hacías, veías y escuchabas. Sin embargo, al contrario de lo que hubieras podido pensar uno o dos años atrás, no había angustia en ti, solo comprensión. Había paz.

     Entonces sucedió que, en medio de las sombras, que eran y son el mundo, comenzaste a ver otro tipo de criaturas, otro tipo de habitantes. Algunas eran como tú, pero otras parecían más presentes. Comenzaste a seguirlas y a ser evitado por ellas. Algunas parecían divertidas, otras te enseñaban los dientes, otras se fundían con las paredes. Encontraste un mundo detrás del mundo, y este te fascinó.

     Luego, casi fuiste asesinado.

domingo, 12 de septiembre de 2021

CREATIVO

 

                          CREATIVO

Fue el hombre más feliz del mundo cuando fue contratado como creativo de una empresa publicitaria. Lo curioso es que la empresa también estaba feliz con él. Era, lo que se podría definir, como un insólito matrimonio laboral, donde ambas partes sacaban lo mejor de sí y de la otra. Así, vinieron felicitaciones, premios y reconocimientos. Luego, llegó el dolor.

     Sucedía cuando Camilo se levantaba y una súbita idea parecía amanecer con él. Sin embargo, el dolor, el desasosiego no se iba hasta que no conseguía plasmarla de alguna forma. La edad, pensó. El problema real comenzó cuando las ideas comenzaron a reproducirse; entonces Camilo se veían enfrentado a una mancuspia, a una cefalea, que se iba incrementando, que no le dejaba en paz hasta que lograra ponerla en palabras, en metraje, en campaña, en comercial. La empresa ponía entonces más libertad a disposición de Camilo, considerándolo su mejor creativo, su más exitoso trabajador, y proponiendo entonces un nuevo modelo de trabajo, en donde las personas eran más libres para trabajar, para llevar sus ideas a cabo.

     Camilo sufría. Cada despertar tenía el impulso urgentísimo de correr tras la realización de las nuevas ideas que salían de su cabeza ya en cualquier momento, mientras desayunaba, mientras comía, mientras cagaba, mientras jodía. Pronto se fue convirtiendo en una bolsa de carne y huesos, impelido a perseguir al conejo una y otra y otra vez.

     Un día, sin embargo, el peso de sus ideas fue tanto que cayó de cabeza al suelo, reventándosela por la absurda condensación que había ido produciéndose en los últimos minutos. Su cabeza, de alguna manera, se había convertido en una suerte de agujero negro de ideas, así que al caer su cráneo se reventó como un huevo del cual fueron saliendo más y más ideas que se expandieron por el mundo, infestando a las personas, exigiendo ser realizadas.  

GUARDIÁN III

 


GUARDIÁN

III

Donde recordamos el tiempo de los ángeles y asistimos a un pequeño accidente por parte de David.

 

     Veías el cielo. En aquella época a todos se nos impuso mirar el cielo con mayor atención que de costumbre. Muchos decían haber visto ángeles, y en contra de lo que se podría pensar, las visiones parecían cada vez más comunes, tanto por creyentes como por laicos. Las figuras aladas, casi ferales, se dejaban avistar de cuando en vez, y los videos pronto se compartieron en medios de comunicación y redes sociales. Al principio unos pocos, luego cada vez más comunes hasta que fueron objetos de falseos y repeticiones vanas. La moda de los ángeles se puso de moda, y mirar al cielo también. Así que veías al cielo mientras ibas en el beeme, pero alcanzaste a percibir a tiempo una figura cruzando la calle a toda carrera.

     Diste un volantazo a la izquierda, para evitarla, y luego a la derecha, para evitar el poste contra el que te ibas a incrustar. No saliste indemne, por supuesto, perdiste el control del carro y derrapaste hasta quedar en medio de un cruce donde te chocó un taxi. No te importó. Solo viste la figura de la mujer que habías esquivado, envuelta en un gabán esa noche calurosa, con una espada en su mano que se perdía entre la multitud que se acercaba.

     No hubo ángeles por supuesto. No hubo ángeles ni demonios y, por algún tiempo, sólo hubo los titulares maliciosos de algunos medios donde hablaban de tus excentricidades. Entonces encontraste la espada en medio de tu estudio. Sabías que no era tuya, aunque se sentía como tal. No era ninguna de las que te habías traído de los viajes o grabaciones o de las que te habían comenzado a regalar. Nunca habías contemplado esa espada ni ese tipo de espada, a decir verdad.

     Lo que no esperabas era que la espada se incrustara en tus sueños con la fuerza de un zahir.

sábado, 4 de septiembre de 2021

GUARDIÁN II

 

 

Donde acompañamos a David con su obsesión por las espadas y conocemos algo de su cotidianidad.

 

 

Desde aquel momento te comenzaste a fijar más en las espadas. Alucinaste cuando tu amigo Yasel te contó que uno de los regalos que había recibido por su matrimonio había sido una espada. Quisiste saber más, pero Yasel no te dijo más. No podía. El remitente era anónimo y, sinceramente, no podía importarle menos. Solo añadió que era preciosa, y que el trasto ese -así le llama él- siempre parece terminar de su lado de la cama.

Así que comenzaste a interesarte por las espadas y de un par de producciones de época te birlaste un par de reproducciones; en un viaje a Toledo te compraste una espada medieval que te costó un ojo de la cara, y que sospechas que ha de ser una copia, pero no lo sabes, no podrías saberlo. Es cierto, sin embargo, que pusiste todo tu empeño en las clases de esgrima para la película medieval que firmaste, pero era de romance más que de otra cosa y a sumo blandiste la espada de caucho un par de veces. En esa ocasión las grandes escenas no fueron hechas para ti.

En las noches de tormenta, sin embargo, a veces sientes el impulso de caminar en medio de las calles buscando un oponente digno. Recurres al coñac en su lugar, pero a veces el impulso es más fuerte de lo que esperas y te lanzas en tu beeme a toda velocidad. Así la conociste a ella, así casi te despides de ella. Así obtuviste una espada que no sabes de dónde viene, aunque a veces sospechas de Yasel. Una espada preciosa para la que no encuentras palabras que la describan.