sábado, 25 de septiembre de 2021

GUARDIÁN V

 


GUARDIÁN V

Donde conocemos la verdadera naturaleza de David en un mundo que empieza a comprender, pero en el que no puede obrar.

 

 

     Fue como una vuelta al principio de alguna manera. Atravesabas un puente peatonal enfundado en un abrigo largo, porque era una temporada de esas frías, y tu habías comenzado a comprender no a obrar. Seguías una presencia de las fuertes, aunque asumías que eras bastante bueno y disimulado. Sin embargo, la criatura, o lo que fuera, simplemente se paró en seco en mitad del puente y de la nada sacó una espada con la que te atacó.  No hubo advertencia, solo la negra hoja veloz que se hubiera incrustado en tu cabeza si no hubieras reculado con rapidez y echado a correr sin mirar atrás. Pensabas que de haber llevado la espada hubieras podido hacer algo. Lo que no sabías es que precisamente el no haberla llevado contigo te había salvado, porque fuiste leído como aberración y no como amenaza.

     Lo que no sabías David, es que mientras tú te creías especial, eras considerado una mera aberración de la que no se sabía en absoluto que esperar. A veces, solo a veces, las aberraciones como tú son empujadas al despertar, pero en esta ocasión estábamos demasiado ocupados con lo que estaba sucediendo, los ángeles caídos, las criaturas aladas ferales que parecían haber surgido en Taz-Nel y que ahora eran cazadas en Kalí, Suamox y Madein por igual. Lo que no sabías David, es que, aunque parecía que te encontraras a uno de nosotros en cada esquina somos en verdad muy pocos.

     Entiéndelo, David, en millones de tus años, no hay criaturas más insólitas que aquellas a las que llamáis Giftys, su aparición retumbó en más de un sentido a través de todos los mundos, de todas las esferas de eso que tú llamas existencia y nosotros sueño.                               

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