sábado, 27 de febrero de 2021

INTERLUDIO

 

-INTERLUDIO-

 

-          ¿Qué pasó con él? –, preguntó el niño.

-          No lo sé, Darlón - respondió él –. Las últimas historias lo ubican un poco antes de las cruzadas. Mencionan a un Andros que visitaba reyes. Algunas historias dicen que le susurraba al oído a los reyes. Pero como siempre, nada es cierto. No creo que haya muerto, si es lo que están pensando, pero creo que se cansó. Creo que, en algún momento, Andros Noar dejó de enfrentarse a la criatura de ojos grises, a Eyanael.

-          ¿Como Némesis?

-          Creo que Némesis y él eran parecidos, pero al mismo tiempo muy diferentes. Némesis representaba un papel que Eyanael había fijado para él, mientras que El hombre de negro estuvo más allá de eso. Bien, basta de historias por hoy. Es hora de ir a dormir.

-          Hasta mañana, papá.

-          Hasta mañana, amor mío.

El niño durmió y soñó.

El desierto era inmenso. No parecía tener fin ni principio. El desierto era todo lo que existía. A lo lejos, en el horizonte se comienza a dibujar una vaga silueta que poco a poco va tomando la figura de un hombre. Poco a poco se van adivinando los rasgos de una persona vestida con harapos negros y descalza. Colgada a su espalda lleva lo que parece ser una espada.  

La figura solo camina. En algún momento desenvaina su arma y la clava en medio del desierto. No importa dónde. Sea donde sea indicará que es la mitad del desierto. Luego de ello, la figura se aleja hasta que se pierde de nuevo en el horizonte.

El niño no lo sabe, pero esa caminata ha durado milenios. Solo cuando despierte, y lo hará tarde o temprano, el niño descubrirá el destino que le ha sido impuesto.  

 

sábado, 20 de febrero de 2021

NÉMESIS VII

 

-NÉMESIS VII-

      Escapó a duras penas, sin terminar de entender lo que había sucedido. La montaña se devoraba a sí misma a medida que él iba descendiendo. Asumió que la cantidad de galerías que la horadaban debía haber sido igual a las de un hormiguero. El polvo que quedaría en el aire podría quedar suspendido por meses.

     Las personas del pueblo lo estaban esperando. ¿Qué sucedió?, preguntaron. Sus miradas eran vacías, al principio, luego cada vez más desesperadas a medida que él no daba respuesta alguna. De un momento a otro alguien sacó una horca, alguien encendió una hoguera, Andros desenvainó su sable y obtuvo un “Oooooh” como respuesta. Alguien intentó acuchillarlo y Andros le cortó la mano de forma instintiva. Los ojos de la multitud eran de adoración.

     “Se lo hicieron ellos mismos”, recordó que había dicho la sombra que llamaban Némesis. Los miró con infinito asco.

     Nada había traído consigo, excepto su sable. Volvió a envainar, le dio la espalda al pueblo y comenzó a caminar.

sábado, 13 de febrero de 2021

NÉMESIS VI

 


PÁGINA DE DIARIO

-NÉMESIS VI-

 

-          Tú no eres Darlón- dijo Némesis. Ese vendrá después. Tú eres Andros. La sombra entonces quedó suspensa mirando al vacío, perdido quizás en otros abismos. De repente lanzó un grito, se llevó las manos a la cabeza y cayó de rodillas en el suelo de piedra.

El hombre de negro se agachó sobre la figura sin saber muy bien qué hacer. En todo caso no era lo que esperaba. Un enfrentamiento, quizá. Veloces espadas chocando entre ellas, mientras miradas asesinas iban de un lado a otro. Ese era el juego que esperaba encontrar. No este, de no entender nada. Némesis temblaba entre sus brazos como si fuera pieza de una fiebre extrema que le devorara.

-          Has cumplido, Andros, le dijo entonces al hombre de negro, mientras los dientes le castañeteaban.

El hombre de negro lo miraba sin saber lo que ocurría, sintiendo que se le escamoteaba el combate anticipado, necesario. Al menos un combate filosófico. Cualquier cosa menos esto de sostener entre brazos un enemigo que se desvanecía entre sus brazos.

     El hombre de negro recordó los miembros amputados, las miradas asustadas.

-          Lo hicieron ellos, dijo Némesis.

Entonces se desvaneció. En un momento estuvo, y luego dejó de estar. Lo siguiente que sintió fue la montaña comenzando a colapsar.