domingo, 1 de diciembre de 2019

GIGANTE



El gigante desató su ira sobre el pueblo. Aplastó casas, cambió el curso de los ríos, desecó lagos, sembró desiertos y arrasó con bosques enteros. El pueblo entero huía desconcertado y atemorizado. Aquello que nunca habían imaginado, de lo que solo habían escuchado hablar en leyendas, sucedía ahora, el cielo se les venía sobre la cabeza. Así que hicieron lo único que se les ocurrió, llamaron a los héroes, los alados, los bendecidos, los poderosos. Y los héroes se lanzaron feroces sobre el gigante, quien reculó por un momento, pero se recompuso con facilidad y siguió sembrando el caos, mientras trozos de héroes llovieron sobre lo que quedaba del pueblo. 

Una voz poderosa retumbó en el cielo en un idioma desconocido y el gigante al fin se detuvo, y salió corriendo donde su mamá porque ya era hora de almorzar.

sábado, 16 de noviembre de 2019

LOS HIJOS EL NEÓN III


     NADIE sabe de dónde surgió Atón. Hay quienes dicen que vino de un orfanato en Suamox; hay quienes afirman que provino de una familia rica echada a perder por la maniobra de una empresa rival, que sus padres se suicidaron y lo dejaron solo; hay quienes dicen que se trata de una encarnación del mismísimo Eyanael. Son sólo historias, no dejes que te engañen. Era un chico como tú o como yo, pero extremadamente listo. Una criatura solitaria y asustadiza que sólo tenía ojos para lo que sucedía en los libros y en la Deep Web. Cualquier cosa que le preguntaras él la sabía o la averiguaba en cuestión de milisegundos.

     Nadie sabe tampoco porque Skin lo adoptó. Nadie sabe que vio en él. Los que los conocieron dicen que cuando estaba junto a Atón, Skin parecía casi humano, que se quedaba callado y escuchaba y sus ojos se iluminaban. Sobre todo cuando Atón mencionaba las palabras alzamiento y revolución. Fue a partir de ahí que todo cambió, ¿sabes? Atón no creía en nuestra sociedad, decía que éramos muchos, decía que éramos nuestros peores enemigos, se burlaba de la idea de los gobiernos como los conocíamos. Fue entonces que ambos comenzaron a hablar o discutir la idea de los hombres de las cavernas, allá cuando no se sabía manejar el metal. Así nació la revolución.

     ¿Recuerdas los titulares de los periódicos?, ¿recuerdas el asombro? La policía se había adentrado en la ZV58a3 y fue atacada apunta de lanzas y flechas con punta de piedra. La foto de los periódicos, en conveniente blanco y negro para no herir susceptibilidades, mostraban la patrulla destrozada y con tantas lanzas sobre ella que parecía una especie de puercoespín. Ese fue el comienzo.  

sábado, 9 de noviembre de 2019

LOS HIJOS DEL NEÓN II


    RECUERDA que en 2030, el gobierno se declaró incapaz de solucionar los problemas sociales, y siguiendo directivas de entes internacionales, tuvo la magnífica idea de crear las Zonas de Violencia Controlada. Zonas donde todo podía suceder. Un eufemismo para zonas de pobreza y exclusión social. Poco después surgieron las tribus. Primero los Neotemplarios, que iniciaron una nueva Guerra Santa, atacando a los impuros y buscando reconquistar a Jerusalén, aunque quedará en otras tierras que ignoraban su existencia. Surgieron órdenes de Benedictinos, Jacobinos, Areperos, seguidores de la Santa Muerte, Metaleros, Pandeboneros, y cuánta tribu urbana te puedas imaginar. Todas, en última buscaban lo mismo el sometimiento de las Zonas de Violencia Controlada.

     Skin nació en la ZVC58a3. Fue abandonado y adoptado prontamente por los Gatos Locos. Eso fue curioso porque Skin era tan alérgico, que incluso llegó a padecer tricofobia, afeitándose desde pequeño todo su cuerpo. Los Gatos Locos sucumbieron pocos años después frente a los Perros Rabiosos, quienes adoptaron, como mascota indeseada a Skin. Si con los Gatos, Skin había encontrado identidad, con los Perros, Skin conoció la ira y el odio de ser un rechazado. El paso lógico, por supuesto fue iniciar su propia tribu. Sin embargo, eso solo sucedería cuando conociera a Atón.  

lunes, 4 de noviembre de 2019

LOS HIJOS DEL NEON I



IMAGINA por un momento que esta historia sucede en Madein. Imagina por un momento que estás recorriendo sus calles abarrotadas en las noches, que te tropiezas con borrachos y compradores de última hora; imagina que alzas la vista al cielo y crees ver, por un momento, por un solo magnífico momento puesto que eres aquí un forastero, un inmigrante, no un habitante de esta ciudad, que los mismísimos ángeles de la creación acompañan a Madein. Justo en ese momento, quizás un hombre de negro, vestido completamente de negro, de tal manera que se puede confundir entre las sombras, te tumbe solo porque te has interpuesto en su camino o no le has permitido apuntar bien con su ballesta.  Es importante que tengas en cuenta que no es personal, que ellos solo tienen ojos para su presa. 

Es importante que pienses en Madein, no en Kalí o en Suamox, porque la historia de los Cazadores comenzó en Madein, poco después del surgimiento de los gifty. A decir verdad, muy poco después. Solo puedo decirte esto por ahora: 

Entre todos los cazadores, hubo un fiero guerrero llamado Skin. Eran otros tiempos, eran otras épocas. No necesitaré justificar sus acciones porque él hizo lo que tuvo qué hacer, al igual que yo ahora. Hubo un fiero guerrero llamado Skin, y tenía un mejor amigo llamado Atón.

sábado, 26 de octubre de 2019

HALLOWEEN



El robot se levantó en medio de un campo de calabazas un 31 de octubre. No sabía de dónde venía ni cual era su objetivo en la vida. Con rapidez, sin embargo, los habitantes del pueblo lo tomaron como uno de los suyos. Alabaron la calidad de los detalles de su vestuario, su exquisito buen gusto, la forma en que el sol hacía centellear el metal que era su piel; la forma en que se había metido en el personaje. El robot los dejó hacer porque no sabía de qué forma reaccionar. A sus palabras respondía con luces de colores, que ellos no terminaban de entender.

En la mitad de la noche, justo cuando el mejor disfraz iba a ser escogido, el robot vio una figura que se escondía detrás de una bruja y un espantapájaros. De inmediato se encendió una luz de advertencia en su visor y se activó sistemas de armas. Al día siguiente el borracho del pueblo llamó a la policía. Diez años después nadie sabe qué originó esa matanza de Halloween.

sábado, 19 de octubre de 2019

BIBLIOTECA



Quemó la biblioteca por entero. Redujo a cenizas cada tomo, cada página, cada recuerdo asociado con ella; quemó cartas, flores secas, plumas encontradas, notas de amor. Quemó fotografías, muñecos separadores… quemó su vida entera. Con cada libro que quemaba sentía que se iba una fibra de su ser, de su alma eterna; con cada página condenada al olvido, sentía que la esperanza de cualquier futuro se desvanecía.

Pronto las llamas crecieron alto y comenzaron a rodearlo. Llamas alimentadas por amores imposibles, por búsquedas de venganza, por revisiones históricas, por ásperas naves que surcaban el universo de futuros inconcebibles, por sesudas revisiones de los hechos a la luz de argumentos cada vez más oscuros; por raudas líneas de luz hechas palabras…

Pronto ardió su carne también, y después de su carne ardieron las calles, la ciudad y el país entero, para luego apagarse y dejar al mundo entero sumido en las tinieblas.

Tiempo después, el Cromañón le dijo a otros, ¡qué buena fogata aquella!  

sábado, 5 de octubre de 2019

METEORITO



Lo predijo la NASA  con exactitud matemática y cuántica. Estábamos condenados. El meteorito caería exactamente a las tres de la tarde, el día de cumpleaños de Juana, la hora precisa en la que Juana había nacido. Como hecho curioso hay que señalar, que en lugar de la serie de números y letras con la que se conocen a los meteoritos, a este le habían puesto Juana. Juana, la persona, no el meteorito, por supuesto, no se inmutó. Fue meticulosa La niña perfecta, la niña de papi, el centro de su grupo de niñas populares, decidió que aquel día era suyo y de nadie más. Así que se escapó de su cortejo de aduladores, se bebió en media hora una botella de whisky acompañada de un cigarrillo de su hermano; encontró la dirección de su profesor de biología, se metió en su casa y le robó un beso antes que él siquiera supiera qué estaba pasando; luego liberó unos cachorros atrapados en una tienda de mascotas. Aún no eran las diez de la mañana y ya el meteorito se dejaba ver a simple vista en el cielo azul. De no ser así, yo estaría envolviendo el regalo de Juana, y estaría preparándome para decirle todo lo que sentía por ella. En cambio sólo le hice de chofer para que ella hiciera todo lo que quería hacer. A las 2:58 de la tarde, le pregunté si quería ser mi novia. A las 2:58 con 3 segundos me había dicho que sí. A las 2:58 con 20 segundos nos estábamos besando; el primer beso de mi vida, el último de la vida de Juana.  A las 3: 01 el meteorito había pasado de largo, se había arrepentido a último minuto dejando atrás un mundo en caos, pero con la mano de Juana entrelazada con la mía.

sábado, 28 de septiembre de 2019

EL MAESTRO



El flautista salió a escena y se paralizó al ver a la multitud. Para ser más precisos, se paralizó al sentir los ojos de su antiguo profesor de música sobre él. Los ojos penetrantes de aquel profesor - segunda fila, tercer lugar contando desde la derecha- que le había enseñado todo lo que sabía desde que supo que la música era lo que le apasionaba. Recordó, bajo el silencio atronador y los reflectores, cuando él le ayudó a sacar su primera melodía, cuando le conoció por primera vez, cuando le presentó su primera chica, cuando ganó su lugar en la sinfónica, cuando le mató diez años atrás…

sábado, 21 de septiembre de 2019

LA CHICA DE LA VENTANA



La vio desnudarse a lo lejos en su ventana. Era solo una silueta que se recortaba contra las cortinas, eso fue lo que más le llamó la atención. Abandonó la página pornográfica que estaba investigando y se quedó atrapado en esa silueta que se cambiaba de ropa tan lejos, tan ajeno a él, y aun así tan real.  No supo cuánto duró ella en cambiarse, pero sí se dio cuenta que su recuerdo le acompañó toda la mañana, y luego, la semana entera. El sábado en la tarde, con sus padres lejos, se percató de que se había olvidado de las chicas de las páginas, del qué pasaría si…. En la noche estaba pendiente de la ventana anónima. No lo defraudó la espera.

La chica de la ventana no tenía edad, por lo que sabía podía ser una anciana de treintaypiola tanto como una chica de su edad. Esa era parte de la magia. Comenzó a buscarla. Así dio con Carla y luego con Eloísa y con Agata y Andrea y Daniela. Olvidó a las chicas de la red y se concentró en las chicas de la realidad. Con los años nunca supo si había encontrado a su chica de la ventana, sólo supo que encontró muchos tipos de amor y muchos de ellos reales. La chica de la ventana, la intangible chica de la ventana lo había llevado de la virtualidad a la realidad, del podría al ser.

sábado, 7 de septiembre de 2019

CANCIÓN



Se le había pegado una canción. Se le pegó sin razón alguna, vino de la nada y de la nada se le pegó. Se descubrió tatareándola en medio de un examen y de ahí se la llevó consigo al baño y luego al partido de baloncesto. Era una cosa pequeñita, una tonada simple y dulce, de la que se sabía sólo uno o dos versos. Hablaba de amor, por supuesto, aunque aún no se había enamorado. La canción le acompañó a casa, y aunque normalmente ninguna canción le había durado tanto tiempo en la cabeza no le molestó, le hacía  compañía. La canción incluso sobrevivió a su jornada en el gimnasio. Una y otra vez, los mismos tres o cuatro versos que ya estaban comenzando a perder sentido de tanto ser repetidos. Hablaba del amor, por supuesto, aunque aún no se había enamorado. Entonces, comenzó a escuchar la canción, no ya en su mente sino con sus oídos, sonaba cerca, así que se dirigió a su origen y se encontró de pie frente a un apartamento con la puerta abierta, un bose a todo volumen y alguien que cantaba a todo pulmón su canción. Hablaba del amor, por supuesto, aunque aún no se había enamorado. Eso, claro está, podía cambiar en cualquier momento.

sábado, 31 de agosto de 2019

LA BALLENA



Fue uno de los que escuchó el canto de la ballena, y con ellos se reunió al pie del valle. La ballena cantaba y ellos se embelesaban en las figuras que se iban formando en su mente; figuras que hablaban de un nuevo comienzo y de una nueva tierra erigida sobre las cenizas de la anterior; figuras que hablaban de una promesa.

Como él eran cientos de chicos los que escuchaban a la ballena, libres de la imposición de sus padres y del colegio y de todo lo que quisieran los mayores. Además, la ballena era sabia. No a la manera de los adultos, si no a la manera de los dioses. Había nadado miles de kilómetros en el océano y luego sobre la tierra llamando a sus seguidores para hablarles de la nueva tierra y la nueva promesa. Él había escuchado muchas veces esas promesas, y por eso no las creía. La había escuchado de los creadores de internet, y de los presidentes y de los youtubers, y de sus padres, e irremediablemente todos habían mentido. ¿Por qué creer entonces en la ballena?

Entonces ella le habló sólo a él, y en su escepticismo basó su iglesia. Aquella fue la mañana del Octavo día.  

sábado, 24 de agosto de 2019

Mundo

Desnudó el ojo de su mente sin que sus superiores se lo ordenaran. Desnudó el ojo de su mente en el instante justo en que terminaba el Jardín. Ya había creado el caballo y el diplodocus y el mamut lanudo y el tigre dientes de sable y el armadillo. Sólo le faltaba el culmen de su creación, pero justo entonces desnudó el ojo de su mente, el que le permitía atravesar el límite de los tiempos, el que le permitía leer el pasado y el futuro, y lo que vio no le gustó. Sintió que algo le atravesaba en lo profundo y dejó las cosas así, incompletas, lejos del Plan que sus superiores tenían para aquel mundo. Entonces descansó y vio lo que había hecho (y lo que había dejado de hacer) y le pareció bien. 

lunes, 5 de agosto de 2019

CLASE


Sucedió en el aula de clase.

Más exactamente en la clase de Martínez, el profesor de Geometría.
Martínez era el típico profesor cirujano. Un hombre viejo y cansado que hacía eones hacía parte del colegio, que tenía una voz cascada que era casi un susurro, y un andar vacilante. Pocos se acordaban de él al decir el discurso de graduación, aunque casi todos recordaron después que siempre tuvo una palabra, un gesto amable con ellos. Eso sucedió después, por supuesto, porque la única sensación que Martínez le producía a los estudiantes era sueño.

Por supuesto no todos reaccionan de la misma forma ante el sueño, y Camilo era de aquellos que respondía de la forma más burlona y altanera posible; de esos alumnos que daban zapes, tiraban papeles, pasaban notas, sacaba el celular y hablaba en clase. Aquel que de forma abierta, siempre desafiaba al profesor.

Ese día no era la excepción. Martínez llevaba ya 7 minutos alegando con Camilo, intentando que pusiera cuidado, cuando Andrés comenzó a castañetear los dientes. Eso fue lo primero, que de un momento a otro se comenzó a escuchar los dientes de Andrés golpeando entre ellos. Al principio, fue muy despacio, casi nadie lo oyó ene se primer momento, y luego cada vez más duro, al punto que Martínez y Camilo se callaron buscando el origen del sonido. Luego, Andrés se arqueó con gran violencia, empujando su mesa hacía adelante, casi clavándosela a María en la espalda, quien se volteó para gritar a Andrés hasta que vio que sus alumnos salieron disparadas a los costados. De una forma muy extraña, Andrés parecía casi acostarse sobre el respaldo de su asiento. Acostarse tal vez, no, sostenerse es más correcto, porque pronto los pies de Andrés también se alzaron, y luego vino la babaza. Una baba espesa y verdosa que comenzó a salir de los orificios de la cara de Andrés, ojos, nariz, orejas y boca comenzaron a caer sobre el piso y a regarse por todo el salón. Para no tocar ese líquido horrible, los estudiantes nos subimos a los puestos. Nunca había escuchado el salón tan en silencio. De hecho, nunca había escuchado el colegio tan en silencio, pues incluso los ruidos de los otros salones nos llegaban como si vinieran de muy lejos, tal vez de Marte o de Plutón. Fue en medio de ese silencio que Andrés habló, aunque no era su voz ni nadie entendió sus palabras. Era como un vómito puntuado por babaza que volaba por todo el salón, cayéndole a uno en la cara y a otros en la cara o en las manos. Era asqueroso, pero nosotros sólo podíamos ver.

Fue entonces cuando volteamos a ver a Martínez, En ese momento lo buscamos con la mirada porque no sabíamos qué hacer y él era el adulto, y si alguna vez habíamos necesitado un adulto que supiera qué hacer era en ese momento. Martínez tenía los ojos cerrados, mientras había cogido la regla con la que dibujaba la recta de los números naturales frente a él. La voz de Andrés, o lo que estuviera  en Andrés, comenzó a subir de volumen, mientras una lengua larga y puntiaguda comenzaba a salir de su boca. En ese momento me oriné encima. No me da pena decirlo, porque no fui el único que lo hizo. Juanita lo hizo, y creo que Julián también, aunque luego lo negó. Recuerdo eso, y recuerdo el olor; un olor fétido a alcantarilla, a animales muertos, a animales muchísimo tiempo muertos y removidos por los gusanos y los buitres y las cucarachas; un olor que hizo que nos saltaran las lágrimas y nosotros pensando que nos íbamos a morir, y el pendejo de Martínez que no hacía nada, y nadie venía en ese momento a ver qué pasaba, ni siquiera la secretaría que siempre interrumpía la clase, y mientras tanto la babaza que subía cada vez más.  Pensé que nunca iba a volver a ver la luz del sol, ni los calzones de Andrea cuando me di cuenta que había una voz que no logré identificar que comenzaba a elevarse, diciendo lo mismo una y otra vez aunque no entendía un carajo de lo que decía, solo que sonaba como Lorem ipsum dolor sit amet, una y otra vez. Y yo me volteó a mirar y veo que la voz era la de Martínez que ya no parecía ni tan viejo ni tan arrugado ni tan jorobado. Su voz era segura, muy segura. Lo que no supe era cuándo la regla había crecido y cambiado de forma, porque de repente era un palo grandísimo más alto que cualquiera de nosotros, un palo que Martínez tenía ahora en posición vertical frente a él, aunque ya no lo podía mirar bien porque la cara de Martínez estaba brillando. Entonces, recuerdo, que Martínez golpeó fuerte el palo contra el piso, y todos salió volando contra las paredes, y cuando digo todo, éramos todos también porque del palo salió una onda de luz pura, purísima, que nos obligó a  acerrar los ojos, mientras nuestros oídos amenazaban también con estallar porque la voz de Martínez había crecido muchísimo, como si fuera la voz de algún dios que hablara a través de él. Entonces todos nos estrellamos contra las paredes, incluso algunos dijeron que contra el mismo techo.

Cuando pudimos volver a ver, todos, incluido Andrés estábamos tirados en el piso. Recuerdo entonces que me volteé a mirar a Martínez y lo vi agarrado al báculo, con una rodilla en la tierra y con el rostro mostrado un cansancio como el que le vi a mi padre cuando años después moría de cáncer en el hospital. Era un rostro que tenía sobre sí todo el cansancio del mundo. Recuerdo que pensé entonces que Martínez se nos moría.

Fue entonces cuando entró la directora a preguntar que qué era todo ese escándalo. No se me ocurrió sino decirle, que a Martínez se le había ocurrido una dinámica y que por eso era el desorden, pero que era una muy buena dinámica que nos había ayudado mucho a todos. Escuché que los otros decís que sí, que ya ellos limpiaban y organizaban el salón.

Nadie volvió a decir nada sobre lo sucedido después, pero la clase de Geometría fue la más respetada desde ese entonces, y ese año, los que nos graduamos sólo tuvimos palabras de agradecimiento sobre Martínez. Decíamos, porque no sabíamos decirlo de otra forma, que él había echado al demonio de la ignorancia de nuestras cabezas y de nuestros corazones.