lunes, 18 de enero de 2010

Buda Blues


Conocí a Mario Mendoza hace un par de años cuando hacía parte del Taller Literario “Écheme el Cuento”, suscrito a RENATA. A todos los integrantes del taller nos impresionó la claridad de sus ideas y su compromiso con el oficio de las letras que alcanzaba niveles de neurosis desconocidos para la mayoría. Para esa época yo acababa de leer “Satanás” para saber al menos que escribía. En aquellos tiempos de mi propia tierra sabía de unos cuantos y Mario Mendoza sólo era un ilustre desconocido. “Satanás” me caló por algunos hilos argumentales aunque lo detesté por la forma en que estaba escrito ya que parecía un guión de cine con diálogos pocos creíbles. Pero olvide todo eso cuando escuché la potencia de las palabras del autor, cuando nos habló de su vida, arte y zozobra. Fue entonces cuando nos habló del anarcoprimitivismo y la resistencia a un sistema atroz que busca aplastarnos a todos en sus tentáculos cruentos. Sus palabras florecieron en nuestras cabezas y todos nos empeñamos desde ese entonces a resistirnos a partir de las letras.


Dos años después, semanas más semanas menos, por fin llega a mis manos el libro que en ese entonces nos había anunciado, Buda Blues. Esperaba una conflagración, que el coctel molotov arrojado por el hombre de la caratula estallara en mis ojos y los abriera a nuevas ideas. Temía, debo admitirlo, que la novela dejará además sin piso una idea que he trabajado durante años sin poder darle forma del todo. Anarcoprimitovismo fue el concepto del que más nos había hablado Mendoza esa tarde y era el eje central de la novela. Uno puede esperar mundos a partir de ese concepto, que digo mundos, universos, dimensiones enteras. Buda Blues no resultó ser nada de eso. El fuego se apagó cuando Mendoza llevó las palabras al papel.

Buda Blues es el cruce de cartas entre dos personajes que se hallan en realidades distintas y que hablan de unos temas atroces que parecen no tocarlos a ellos a pesar que ellos mismos afirmen una y otra vez al lector que sí, que están jodidos y frustrados y traumados. Los personajes dicen cometer actos terribles y se quejan y se lamentan pero ante el lector nada de esto es creíble, entre otras cosas porque Mendoza no narra, resume. Uno se encuentra ante unas ideas magnificas que son dejadas de lado, a duras penas mencionadas. Mendoza habla de una organización gigantesca que ayudó a Pablo Escobar a escarpar de la cárcel. Pero uno no ve a Escobar ni sus peripecias ni sus transformaciones ni sus búsquedas insensatas. Se puede alegar que la novela no se trata de Escobar. Claro que no, pero que novela se puede construir a partir de Escobar como personaje secundario, esbirro de una trama que se le escapa de las manos. Que novela se le escapó a Mendoza de las manos porque quienes nos narran están más interesados en filosofar antes que en narrar. De hecho nadie se come el cuento que se trata de un cruce de carta. A nadie convence el subterfugio ni el cruce de espejos. Buda Blues termina siendo una mala imagen de lo que esa tarde nos prometió Mendoza, ante todo porque se trató de lo mismo que nos dijo el autor, un ensayo disfrazado de novela que no se termina de convencer a sí misma.

Mencioné antes que tuve temor ante el libro de Mendoza porque trabajo hace mucho tiempo en una novela con el mismo sustrato. Una de las razones por las que nunca he podido cruzar la página 80 sin eliminar el documento es porque mis personajes resultan ser planos, buenos muy buenos, estereotipos de héroes de televisión. Sólo soy un novato en esto. Mendoza no y sus personajes tienen ese defecto, son buenos buenotes, rodeados de buenos buenotes, rodeados de mal por toda parte pero el autor insiste en justificarlos y redimirlos.

Lástima, Buda Blues se quedó siendo tan sólo el resumen de una idea magnífica.

2 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

Bueno... no terminé de leer la novela, pero casi llego a la mitad y esperé todo el tiempo a que apareciera una idea, una frase, algo de lo que él nos había hablado con tanto entusiasmo.

David dijo...

Buena crítica. Aunque nunca he leído a Mendoza, es posible que se haya confiado demasiado de sus habilidades después del éxito que tuvo con Satanás. Esperemos que su próximo trabajo resulte más interesante (y que pueda leerlo)

Por otro lado, ya fuera del tema, me di cuenta (foro en facebook) de que te gusta la Ciencia ficción y la literatura fantástica. No sé si ya sepas pero en Colombia existe Cosmocápsula (www.cosmocapsula.com)revista digital de Cf (de la cual soy editor). A propósito, también vivo en Cali. Si algo me podés contactar a través de mi blog o del formulario de contacto de la web de la revista. Saludos pandebonosos.