lunes, 19 de diciembre de 2011

¿La muerte de la ciencia ficción? o hacia una ciencia ficción latinoamericana.



En la revista El librero  de Julio de 2011, se puede leer un artículo de Federico Kurso que comienza con una sentencia atroz, Los escritores de ciencia ficción se jubilaron el mismo día que murió el futuro: el 11 de septiembre de 2011. Luego pasa a hacer una descripción de todos los fenómenos que nos han acompañado durante estos últimos años y resume, en una forma en que uno no puede dejar de estar de acuerdo, en la que mi generación no puede dejar de estar de acuerdo: El sentimiento predominante de los primeros tramos del siglo XXI no es el de alienación, soledad o indiferencia. Es el de defraudación. El de haber sido robados. Sin preludios ni avisos preventivos, el futuro fue clausurado. Desapareció incluso como posibilidad y territorio literario. No hay libro ni película ni objeto cultural que imaginen la vida en el año 3341. Líneas, o páginas, más adelante, el autor desafía al lector a que menciones tres autores importantes de ciencia ficción de los últimos años.  Aunque puedo nombrar a Stephenson, Collins y Scott Card. Sé que la mayoría de lectores colombianos, quienes aún ven en las librerías más de Asimov que de Los juegos del hambre, quien todavía no puede encontrar a Phillp K. Dick en la estantería de una biblioteca pública se habría visto en figurillas para nombrar más de dos.
La afirmación de Kurso me pareció sensacionalista e injusta. Sin embargo algunas semanas después me encontré con un artículo de Neil Hollands (SF/ Fantasy´s epic journey) en Library Journal en donde habla de las diferentes formas que ha asumido  la fantasía y la diversa salud de sus subgéneros. No es coincidencia que el género con más problemas en el momento sea la ciencia ficción. Hollands menciona una serie de eventos como las nuevas tendencias de la NASA sobre los viajes al espacio, el pesimismo natural del género y la crisis de la bolsa, entre otras, que incentiva al lector promedio hacia otras formas de fantasía –tal vez más felices- que no le recuerde el mundo caótico en el que se halla.
De acuerdo a los dos autores, ese gran filón de imaginación y visión se está secando porque mucho de lo que se vio en el futuro se está cumpliendo ahora, porque las personas no quieren adentrarse en más visiones de pesadilla. Los escritores de ciencia ficción lo vieron en el siglo XIX, a mediados de los años 90’s, lo están viendo ahora.
Cuando era niño quería escribir como Del Rey, como Dick, como Asimov. LA realidad me enseñó otra cosa, la tecnología no era cosa de Latinoamérica, menos de Colombia. Si se quería hacer algo fantabuloso (Así usaba uno las palabras en aquel entonces), entonces había que emigrar a Estados Unidos, Rusia o Japón. En aquella época –bueno, también en esta, no tenía billetes sino palabras, así que la idea de viajar a otro país era un chiste. Soñé con ser astrónomo y una cátedra universitaria en Colombia sobre el tema sigue siendo un chiste. Lo único que me quedó en aquel entonces fue la ciencia ficción.
La realidad me impuso una realidad que me exigía escribir de cosas diferentes, crear un mundo de posibilidades diferentes, porque yo no era norteamericano ni ruso ni europeo. En lo que fallan ambos artículos es en considerar la muerte de la ciencia ficción porque no se habla del año 3000 o porque los norteamericanos tienen miedo de vislumbrar el futuro que se han tejido. No, la ciencia ficción tiene, precisamente, un amplio futuro en los países latinoamericanos, Colombia en especial, porque ante el afán consumista de los países del primer mundo y nuestro pobre manejo de los recursos nos han puesto en la mira de la economía mundial en los próximos años, con todo lo malo y terrorífico que acompañe a ese futuro, porque la ciencia ficción implica una manera de ver el mundo en la que obliga a los lectores a hacerse cargo y a responsabilizare de ese futuro que se avizora.  
Es hora también de navegar en ese amplio terreno de posibilidades que nos hemos tejido y entretejido durante los últimos años. Es innegable que vamos a tener que incluir la corrupción, el narcotráfico, la guerrilla, los trancones y los aeropuertos de pobre infraestructura en nuestros relatos; es innegable también que vamos a tener que imaginar un mundo más amplio en el que las relaciones diplomáticas e internacionales sean relevantes y tengan un peso en la historia.  Liliana Bodoc dio un paso gigantesco cuando construyó una fantasía épica latinoamericana en La saga de los confines, es el momento en que el escritor latinoamericano de fantasía y ciencia ficción asuma el relevo que la época impones y se encargue de abrir una nueva época en la historia de la ciencia ficción latinoamericana.
P.D. No puedo dejar de mencionar que la editorial Laguna Libros, reedito tres libros de ciencia ficción  publicados originalmente entre 1928 y 1936. Más información aquí: http://bogota.vive.in/libros/articulos/diciembre2011/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_VIVEIN-10918108.html

    

3 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

¡QUÉ VIVA LA CIENCIA FICCIÓN!!!!!!!!!

fernando valle dijo...

Recomiendo una novela colombiana de ciencia ficción: "El clon de Borges" de Campo Ricardo Burgos. A fines del 2010 fue finalista del concurso UPC de ciencia ficción en España y ha tenido excelentes comentarios de conocedores como Antonio Mora Vélez, Dixon Acosta o Elton Honores.

El Cometoide dijo...

Saludos. He ojeado y leído algunos de sus artículos en este blog, y tendría que ser ciego para no percatarme de su interés por la literatura fantástica, especialmente aquel genero que nos resulta tan familiar como lo es la ciencia ficción. Por esto, lo invito a que nos visite en https://www.facebook.com/elcometoide. Somos una nueva página y revista online de ciencia ficción, fantasía, horror y mucho más que busca establecerse en la mente de aquellos que compartimos el amor por estos géneros, no solo en la literatura sino en cualquier medio. Estamos también preparando el lanzamiento de nuestro primer ejemplar para principios de septiembre, por lo que si está interesado en mandar algún relato o si conoce a alguien que lo esté, puede encontrar toda la información en http://elcometoide.com/envianos-tus-historias/, y podría ser publicada en este ejemplar por venir o en los siguientes.
Agradecería que nos ayudase a darle difusión a nuestra revista, y esperamos que disfrute con los artículos que, algunos tontos y algunos altamente informativos, continuaremos publicando.
Gracias.