sábado, 14 de marzo de 2020

LOS HIJOS DEL NEÓN XII




IMÁGINATE por un momento la escena. La escena de películas y series de acción en las últimas décadas. El cruce de miradas, los gestos hoscos, la sonrisa de la chica. El cliché. Lo que tienes que tener en cuenta es que estábamos muy lejos de las películas, que el aire se podía cortar a cuchillo, que la banda estaba en silencio, que se podía escuchar el sonido de las cucarachas arrastrándose bajo la barra. 

El de aretico sonrió, empujó a Atón, como quien piensa que empuja a un niño. La respuesta de Atón fue simple, sencilla y brutal: sacó su puñal de pedernal y acuchilló al de aretico. Si la gente hubiera sido sensata se hubiera quedado quieta y todo habría terminado ahí. Sin embargo, alguien quiso atacar a Atón por la espalda, pero la chica sacó un revolver nadie sabe de donde y se lo puso en la frente. Después imagínate cualquier pelea de película del Oeste. Botellas iban y venían, sillas volaban, puñetazos, disparos; el cuchillo de Atón no se detenía, la chica disparaba y recargaba con pasmosa facilidad. Ambos se vieron empujados hasta la barra. Hasta que de un momento a otro se hizo el silencio. 

Solo quedaron ellos dos de pie. El resto fue solo sangre. 

Así se conocieron Narya y Atón. Ese fue el comienzo del segundo capítulo de Los Hijos del Neón.

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