martes, 17 de febrero de 2009

Mito I.

La primera idea que debemos sacarnos de la cabeza respecto a los mitos es la existencia de un canon mitológico como tal. Eso no existe ni existió nunca. Lo que conocemos es una mitología según Hesiodo, según Ovidio, según Snorri. El carácter proteico de los mitos es una de sus mayores características. Los mitos cambian, evolucionan, se modifican como en la historia de Anansi, la araña. Este personaje africano quiso ser protagonista de todos los cuentos y le compró los cuentos, su protagonismo de los cuentos, a Nana Nyami, el dios del cielo. Es tal la vitalidad de los mitos que ni siquiera al ponerse sobre papel se quedan quietoso tal a los mitos es la existencia de un canon mitologico , incontables versiones existen de estos relatos.
Lo segundo que debemos olvidar es que la mitología pertenece sólo a las culturas politeístas. El mito ha existido en la mente de los chamanes tanto como en la de los creyentes en Cristo, Buda o Alá, porque en resumen el mito es el relato en el cual se muestran las relaciones de los dioses entre ellos mismos (Orfeo y Eurídice, El matrimonio de Thor, Anansi comprando los cuentos, Inanna descendiendo al infierno) o en su relación vertical con los hombres (Mitos de creación, mito de Caín y Abel) y en la cual conservan siempre su protagonismo. Si existe una creencia en una entidad supranatural y existen relatos sobre esa entidad, entonces podemos hablar de mitos.
La tercera idea que debemos sacarnos de la cabeza es que sólo existe la mitología Grecorromana. Esta mitología se ha estudiado más debido a la importancia que ha tenido Grecia para el mundo occidental, además de ser –gracias a Ovidio y Hesiodo- una de las más sistematizadas que existen. Sin embargo tanto los Navajo como los Kogi como los Inuit como los Bosquimanos como los Incas como los aborígenes de Borneo, tienen y han tenido sus propias historias alrededor de sus dioses y sus creencias.
Uno de los aspectos más importantes de lo que debemos hablar al referirnos a la mitología, es la dependencia de ésta del territorio en el que se desarrolla. Si miramos detenidamente la mitología Nórdica, el valor para ellos más respetado es el valor no el amor. Se debe tener mucho valor para poder enfrentar el frío y las tinieblas y los males brutales del norte. Se debe tener mucho valor para dedicarse al comercio entre países lejanos. Si miramos la mitología judeocristiana, el desarrollo del amor como su máximo valor es muy posterior, el valor principal dentro del antiguo testamento es la venganza, la retaliación. En el mundo musulmán aún hay muchos de estos elementos. Son pueblos que nacieron en un mundo áspero y hostil al que aún se aferran y buscan dominar.
(continuará…)

1 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

bien, más didáctico que el de David.