miércoles, 18 de febrero de 2009

Mito II

El mito nace del afán del hombre por encontrar explicaciones a lo que le rodea. Las primeras creencias que se dan son de orden animista. Se creía que todo aquello que existía tenía una vida latente fueran piedras, plantas, animales o seres humanos. Y si hablamos de vida también debemos hablar de muerte, Joseph Campbell, reconocido especialista en mitología nos dice:
“En el conocimiento de la muerte se origina la concepción del mundo que poseemos como seres humanos y no bestias (...)en los momentos decisivos de la existencia, cuando el hombre se hace hombre y se da cuenta de su infinita soledad en el mundo, el temor al mundo se revela por primera vez como el temor esencialmente humano en presencia de la muerte, el límite del mundo iluminado, espacio rígido, también entonces se origina el pensamiento superior como meditación sobre la muerte( ...) y la única forma de expresar de forma comprensible lo incomprensible debe ser una especie de metafísica en la que todo tenga significado como símbolos”
El mito, como forma de entender el universo tiene además cuatro funciones principales:
a) la mística, que conecta el asombro del ser humano con el asombro del universo;
b) La cosmológica, que articula al hombre frente a los misterios del universo;
c) La sociológica, que lo deposita frente a una sociedad,
d) Y la pedagógica que le permite al hombre comportarse según las diferentes circunstancias. (Campbell; 1968)
Un punto que se suele olvidar cuando se habla de mitos, es que ellos nacen del ser humano, nacen de sus miedos y esperanzas. La noche y la muerte fueron en verdad los primeros enemigos del ser humano y las primeras piedras de la civilización tal y como hoy la conocemos. Esto no necesita más confirmación que el hecho de que aún hoy sigan siendo nuestros principales temores. Para oponerse a la noche y a la muerte los primeros seres humanos que tuvieron conciencia de un ayer y un mañana, se dieron a explicar el orden y la relación del todo con el uno y del uno con el todo. Dicho de otra forma, para conjurar la angustia que era el mundo, el ser humano tuvo que inventar su relación y su lugar dentro del universo. La mayor prueba de la valentía y sagacidad de nuestros antepasados fue enfrentarse a dar inicio al hecho titánico de establecer un orden en el mundo conforme a sus deseos y temores. Y lo hicieron con historias.

(continuará…)

2 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

No entendí.
Demasiados errores.

Diego Fernando Marín dijo...

Lo lamento, por motivos completamente desconocidos, absurdamente debidos a una tara del computador, sa había presentado la intromisión de una línea que nada tenía que ver con el asunto.
Lamento el error y gracias por la constancia.