sábado, 1 de mayo de 2021

SABLE IX

-SABLE IX-

 

El chico se vio de un momento a otro en un desierto. Sentía un atroz dolor de cabeza, mientras no podía parar el temblor en su cuerpo ni las nauseas que le sacudían. Sobre él, una feroz esfera de fuego.

Cerró los ojos y conto hasta diez. Abrió los ojos y seguía en el mismo lugar. Cerró los ojos y contó hasta cien. Abrió los ojos y sintió que poco a poco iba remitiendo el estremecimiento en su cuerpo. Al final pudo levantarse, aunque eso no mejorara mucho su situación.

El desierto se extendía por igual hasta desaparecer en el horizonte. No había montañas, ni rocas, ni un cambio de coloración que permitieran tomar una dirección u otra. Ya que no tenía más que hacer, comenzó a caminar.

Al anochecer se detuvo. Sabía que debería estar haciendo un frío de aquellos que calan la carne y el hueso, pero no era así. Durmió de cualquier forma sobre la arena cálida, y el mismo sol de justicia le despertó. Le sorprendió encontrar que no sentía ningún asomo de sed o de hambre.

    Entonces lo vio. No sabía si a una jornada, dos o diez de camino. Solo sabía que si seguía caminando iba a llegar hasta él. Hasta eso. No tenía nada más que hacer. Comenzó a caminar.  

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