domingo, 10 de octubre de 2021

FAR

 


FARO

La rutina en el faro es siempre la misma. Te despiertas a la misma hora, temprano en la mañana y revisas la maquinaria, aprietas las tuercas y evitas mirar el fin del mundo. Hay cosas que se mueven allá a lo lejos y quienes logran ver más que una membrana, un ojo o un tentáculo, suelen perder la cordura. Por eso, los fareros somos una especie en vías de extinción.

     El faro tiene una doble función. Mantiene a raya los monstruos y avisa a los navegantes que están cerca del borde de la tierra. Por esa razón, es un trabajo que exige una entrega constante y una disciplina a toda prueba. La vida del farero solo es una: el faro. El amor del farero solo es uno: el faro. La existencia del farero solo tiene un objetivo: el faro. Si cae el faro, la existencia misma llegará a su fin.

     A veces llegan noticias del continente, donde el pecado y la depravación campean a sus anchas. Donde quienes lo desean no pueden morir y los niños secuestrados son asesinados en nombre de una guerra bastarda. Donde extrañas criaturas frecuentan los cielos. Entonces recuerdas: El viejo faro no existe. Fue derruido doscientos años ha.

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