lunes, 10 de noviembre de 2008

Samuel

Hay ha nacido mi hijo. Es un niño hermoso y pelotón y no hay seres humanos más orgullosos y felices que Isabel y yo.
La madre ha pasado al menos diez horas en labor de parto y ahora está exhausta y durmiendo.
Yo estoy aquí, con el portatil frente a la formación de cunas, saludando a Samuel, quien duerme como los ángeles no sé porque insisto en saludadr como un idiota), y como siempre leyendo el Tarmadón y los recortes de prensa y el diario de Atón al cual ha de sumerse uno de una tal Narya a quien aún no identifico.