viernes, 16 de enero de 2009

Primitivismo

Ayer hablando con Isabel se le escapó una frase que hace mucho tiempo no le oía a andie y que parece salida de una telenovela mexicana: "Yo a mi hijo lo defendería con garras y dientes"; lo que además es potencialmente cierto. Tanto Isabel como yo nos haríamos matar por Samuel (otra farse de telenovela mexicana)y eso está bien por supuesto. Son millones de años de evolución los que hablan por nosotros. Y eso está bien.
Evolucionamos rapido y pensamos de alguna manera que ya no somos bestias, que somos otra clase de cosas aunque desgarremos carne y nos liemos a golpes por el menos de los motivos. Utilizamos un montón de herramientas soficticadas pero por dentro somos el mismo simio miserable que acaba de descubrir la rueda. No hemos siquiera terminado de acostumbrarnos a ella cuando construimos edificios giratorios.
Y luego nos sorprenden "Los Hijos del neón" y las tribus urbanas.
No importan nuestros avances tecnológicos, las misma sviejas pregunats están sin responder: ¿Quién soy yo?, ¿de dónde vengo?, ¿Para dónde voy?, ¿cuál es mi lugar en el infinito y vasto espacio?
Avanzamos demasiado rápido, nos reproducimos como conejos y nos inventamos una civilización en la que nuestros genes no creen. Somos mamíferos que pretenden vivir como hormigas (los japoneses ya están empezandoa construir bajo tierra) y nuestra pobre mente d eunos cuantos miles de años no puede asumir esos saltos.
Lo mejor para nosotros sería vivir como los Kalima, los Quimbaya o los Dakota, en pequeñas sociedades tribales donde cada quien supiera su lugar.
A eso parece que se le llama primitivismo. No lo sé. Según Armstrong, eso explicaría el fenómeno de los "Hijos del Neón".
Yo opino, junto con el escritor de ciencia ficción (creo que fue Brunner), que nos construimos alas demasiado rapido en lugar de hacer que nos crecieran.Avanzamos demasiado rápido técnica y tecnologicamente y no hemos logrado responder las preguntas importantes. Valdrá lo mismo llegar a Marte o a Alfa Centauri si no encontramos solución al acertijo de nuestra propia vida.
Luego nos preguntamos por qué Gaza, por qué Bush, Por qué no liberan a los secuestrados. Somos demasiados y nuestro planeta tan pequeño.
Entre tanto Isabel y yo seguimos firmes en que deben pasar por encima de nuestro cadaver (frase de película ochentona norteaméricana) antes de hacerle algo a nuestro hijo.

0 comentarios: