martes, 26 de julio de 2011

De los matasanos

Lamentablemente en Colombia los médicos se han ido acabando y gracias a la Ley 100 ahora sólo tenemos matasanos. Así se referían en antiguos tiempos a aquellas personas que se dedicaban a la medicina con muy malos resultados. Así nos tenemos que referir a los “profesionales” que pretenden evaluar nuestras dolencias en cinco minutos.

Recuerdo hace mucho tiempo, cuando era niño, cuando mi madre me llevaba al médico, que este preguntaba por todo y me examinada por todos lados. La consulta se extendía por más de media hora y sólo me llevaban por mi bendito problemas con las amígdalas. De hecho creo que mi madre tenía un médico de confianza, porque en esa época existían médicos de confianza. Médicos que eran de cabecera. La gente iba a un médico que conocía no sólo una historia clínica sino una historia familiar. Y lo último, lo último era el dinero. El dinero se pasaba después de la consulta, no antes. De hecho en los pueblos, y tengo familia en pueblos, la gente pagaba con lo que podía en muchas ocasiones, con huevos, con gallinas, con una hija… con cosas así, valiosas. Hoy en día, a los pueblos también llegaron los matasanos, reduciendo el concepto de salud a uno más de mendicidad. La salud para los más necesitados es un calvario que consiste en un círculo terrible de rogativas, ora en una ventanilla ora en otra.

Si bien para la población masculina ir al médico nunca ha sido una actividad bien vista, para las mujeres resultaba algo imprescindible. Sin embargo hoy le mencionó a mi madre o a mi esposa la necesidad de darse un chequeo anual y ellas me miran con desdén. ¿A qué se va al médico hoy en día? El primer tormento consiste en intentar obtener una cita. El segundo en que el matasanos de turno pueda atender más de dos síntomas. Si se tienen dos dolencias diferentes hay que hacer dos citas. En la época de las personas multimodales, surgen “profesionales” que parecen no poder atender más de una cosa a la vez. Sin embargo no todo es culpa de ellos, les ha tocado ajustarse a unas leyes y unas regulaciones por lo demás insólitas, que buscan el bien de unas instituciones antes que la de los pacientes.

Es triste sin embargo ver cómo la imagen de los médicos han ido descendiendo en el imaginario popular. Antes un médico era casi una deidad, hoy en día, es un burócrata al que se maldice cuando se cierra la puerta. Uno entra a un consultorio necesitando a un Dr. House, a un J.D. o al menos un Dr. Cox, como los de Scrubs para encontrar sólo un oficinista sin autonomía.

Será ciento lo qué dice mi madre, que todo tiempo pasado fue mejor…..

3 comentarios:

Anónimo dijo...

deacuerdo

Marta Rengifo dijo...

Qué triste, es tan cierto. Hace dos años y medio dejé de ir al médico, voy al dentista, por que toca, ya los peluqueros no son sacamuelas, sino estilistas.

vicente dijo...

En la edad media,los hombres si enfermaban y no respondia su naturaleza,simplemente,se morian.
Si la cosecha fue mala ese año,al llegar el invierno se morian de hambre,asi de simple sucedian las cosas.Hoy ,depende donde vivas y la cartera que tengas asi será tu salud.La historia se repite.En España,hasta hace cuatro años,teniamos la mejor sanidad del mundo.Han bastado cuatro años para que un ignorante y estupido presidente socialista nos deje la sanidad como un solar-sin dinero,sin esperanza y destrozada-igual que la sociedad española.Todo esto ha sido capaz de hacer el socialismo español en cuatro años.Los cuatro años anteriores vivio de las rentas que le dejó el gobierno conservador . Esto es lo que hay.