viernes, 8 de julio de 2011

LA NOVELA NEGRA COMO LITERATURA DE FRONTERA


1. En donde se pretende realizar una introducción, con las dificultades que esto implica, y definir una tesis a trabajar, así como el personaje sobre el que basaremos nuestro ensayo.

Las ficciones populistas fundacionales (Sommer; 1993) buscaron la civilización de los terrenos fronterizos como una forma de hegemonizar la idea de nación. En efecto tanto La vorágine como Doña Bárbara muestran los llanos como un espacio agreste y salvaje en donde se necesita la presencia del estado para dar orden, en La vorágine, y para legalizar la tenencia de tierras y su distribución, en Doña Bárbara, por parte del colonizador - Arturo Cova, Santos Luzardo – venido, proveniente, originario, del interior. En este orden de ideas, la civilización, el núcleo de lo que es bueno y deseable viene del orden que se halla en las ciudades, en el interior.

Para Serje existen tres elementos que caracterizan la visión de la frontera como un espacio físico, a saber: 1) Las fronteras son metaforizadas como tierras de nadie, incógnitas, zonas rojas en donde la ley no hace presencia; 2) se romantiza y se erotiza la idea del salvajismo, se convierten así en lugares de ensueño donde se puede hallar el deseo, o el objeto de este; y 3) Se convierten en elementos estratégicos que deben ser conquistados y puestos al servicio del orden. (Serje, 2005).

En las ficciones de Rivera y Gallegos, se plasma de manera evidente las nociones tanto de Serje como de Sommer. Sin embargo con el correr del tiempo nacen otro tipo de ficciones, en donde se problematizan estas nociones porque estos mismos elementos se pueden hallar en el centro de la civilización, en las ciudades. La denominada novela negra (aunque también lo hace la ciencia ficción, el realismo sucio y la novela urbana) problematiza las tesis de Serje y Sommers, en cuanto pone las fronteras, no sólo como elemento geográfico sino también ideológico. Denuncia, que el proyecto de civilización emprendido en busca de la hegemonía en la construcción de nación, fracasa en cuanto que la noción de frontera se halla más allá del espacio físico. Así, el conflicto entre civilización y barbarie, se traslada al espacio en el que se supone la nación ha fundado su núcleo rector, la ciudad y en especial, las capitales.

El surgimiento y empoderamiento de las ciudades ha dado lugar a otros tipos de fronteras. Si bien, los diversos conflictos internos de Colombia y otros países latinoamericanos no han dejado de marcar una diferencia más grande entre las ciudades y las provincias, no es menos cierto que al interior de las urbes (y cuanto más grandes peor son) se ha ido construyendo nuevas fronteras.

El ejemplo paradigmático de este nuevo tipo de ficción, lo establece las obras de Paco Ignacio Taibo II. En especial su serie de novelas sobre el detective Héctor Belascoarán Shayne.

2. En donde se pretende llegar a definir unos elementos esenciales que describan la novela negra, a tener en cuenta dentro de la problemática establecida.

La novela negra es hija de la novela de detectives, aquella fundada por Edgard Allan Poe con Los Crimenes de la rue Morgue y La carta robada.. Sin embargo, este tipo de ficción no se centra de manera exclusiva en la resolución de un crimen, sino que este colinda con la acción.

El crimen ocupa ahora un lugar privilegiado y es el reflejo de la sociedad. Hay sangre y violencia. El foco ya no se centra en la resolución del enigma, se centra en el crimen. Se ha pasado del cómo al por qué. Ha pasado de ser un entretenimiento matemático a un entretenimiento literario. Importa cómo esté narrada.(Galán Herrera, 2008; Pg. 62)

Nos hallamos aquí ante una de las más importantes desacralizaciones de la noción del orden que las ficciones populistas fundacionales situaban en la ciudad. Más aún cuando el espacio de este tipo de novela es la ciudad y cuando el motivo central es el crimen como reflejo de la sociedad en que este tiene lugar.

Los primeros escritores reconocidos de novela negra son Raymond Chandler y Dashiell Hammett. Ellos ubican sus relatos en una Norteamérica en medio de la Primera Guerra Mundial y sus efectos, la Ley Seca, la corrupción, la mafia y el impacto que generó la caída de la bolsa. Una época dura que dio origen a nuevos conceptos de ver la nación y, en especial, la ciudad. Estos primeros relatos anteponían al caos la figura del detective, un tipo duro, marginal la mayor parte de las veces, que se liaba con la justicia de la época aunque en ocasiones perteneciera a las instituciones policiales, pero en todo caso fundamente humano, con sus virtudes y defectos.

El espacio privilegiado para su desarrollo fue la ciudad, un ambiente de alta peligrosidad, en extremo violento, donde el poder y el dinero motivan la acción, donde la noche es caldo de cultivo para los acontecimientos.(Galán Herrera, 2008; Pg. 66)

Se debe subrayar que la motivación de la novela negra es el crimen, pero más allá del crimen en singular, se trabaja alrededor de la violencia cotidiana, una violencia que va in crescendo y que se toma cada una de las páginas del relato.

3. Donde se caracteriza el personaje de Héctor Belascoarán Shayne y se muestra como es retratada la ciudad (y, por ende, tendrá lugar la consabida citadera) en estos relatos, amén de poder llegar a establecer la importancia que tienen las novelas de Paco Ignacio Taibo II en la problemática establecida. (ufff)

El personaje principal de las ficciones enmarcadas como novela negra de Paco Ignacio Taibo II, es el detective Héctor Belascoarán Shayne. Aunque sea tan mexicano como el mezcal, sus apellidos provienen de su padre, un marinero vasco y antifascista, y su madre, una cantante folk irlandesa. Originalmente el personaje es ingeniero mecánico y ha trabajado en General Electric. Típico Burgués, decide un día, terminar con la cotidianidad de sus días, tomar un curso de detectivismo por correspondencia, agenciarse una pistola y alquilar una oficina (que terminará compartiendo con un tapicero, un ingeniero de drenajes y un plomero) en el centro del D.F. Así accede al oficio que lo hará blanco permanente de agresiones y enfrentarse a las Fuerzas del Mal.

Belascoarásn Shayne no se identifica como detective privado, sino como independiente. Tiene dos hermanos. Una, recién divorciada y el otro, militante político y Sindical. Sus aventuras comienzan el día en que su mujer lo deja y tomarán verdadera forma cuando en el D.F. comiencen a ser perpetrados una serie de asesinatos por un criminal que se autodenomina Cerevro.

Su decisión no es gratuita, está basada en el hartazgo, en un profundo conflicto personal, Al carajo. Vivir era correr buscando un lugar donde meter la vida. Que alguien te metiera un tiro porque sí, para que mereciera la pena la tromba en la que uno danzaba. El amor era el fraude del que iban prendidos él y el viejito que pegaba timbres en las postales navideñas. (Taibo II, 1976; Pg. 17).

En estos relatos sin embargo, quien toma verdadero protagonismo es la ciudad. El protagonista es sólo un interlocutor que busca desentrañar toda la podredumbre y corrupción que se toman a México, haciendo un retrato visceral de muchos de sus espacios y momentos. Para esto establece fronteras que comienzan en la geografía y terminan en el último crimen,

Al norte, la Industrial Vallejo, una calle sin nombre, con dos fábricas, un baldío, una gran barda gris. En el rompevientos azul del cadáver, en la bolsa superior, junto a una pluma atómica y una libreta de direcciones, el primer mensaje: el cerevro asesina. Era la broma cruel, la última patada en el hocico a la muchacha muerta. (Taibo II, 1976; Pg. 27)

Aquí, espacio físico y evento trasgresor se suceden sin ninguna transición, se revelan como un solo elemento, ya que la urbe no es sólo un espacio físico sino un escenario para la historia,

Sólo escuchaba, esperando una cosa, saber por dónde empezar, en qué calle, en qué esquina iniciar el recorrido por el que iba a meterse en la vida de otra gente, o en la muerte de otra gente, o en los fantasmas de otra gente. Viérase como se viera, todo era un problema de calles, de avenidas y parques, de caminar, de picotear. Héctor sólo conocía un método detectivesco. Meterse en la historia ajena, meterse físicamente, hasta que la historia ajena se hacía propia. De manera que empezó a imaginarse las calles de Cuernavaca que rodearían el manicomio y no le gustó la idea. (Taibo II, 1985; pg. 25)

Y luego, No estaba muy claro si la ciudad podía considerarse un hogar, pero si algún lugar podía llamarse casa, en ése estaba. (Taibo II, 1985; Pg. 58)

Es importante resaltar que la ciudad, la selva de concreto, es un hogar antes que cualquier cosa, define al hombre como una criatura con unas características, formas de ser, unos vestuarios, un paisaje, un mobiliario que ve rutinariamente y unos medios a los que decide acceder, o no. La ciudad es descrita no sólo en función de los crímenes que existen sino de los que potencialmente aguardan a la vuelta de cada esquina, a cada paso. En cada una de las diez novelas que conforman el corpus se halla la lucha de un hombre, Belascoarán Shayne, contra un sistema corrupto y opresor que desborda en muchos casos las intenciones del detective,

Podía empujar, dar la lata, meterse en el asunto para descubrir fraudes, negocios sucios, billetes abundantes y en el camino dejar un buen pedazo de piel, o toda la piel y los huesos; encontrarse con que de cazador había pasado rápidamente a convertirse en víctima señalada por el dedo. ¿Era eso lo que quería? Sabía que cuando llegara al final, si llegaba, se iba a encontrar con una pared que impediría la justicia. Encontraría un muro de situaciones creadas, compromisos, escritorios, fuerza, costumbres, complicidades que abarcaban desde la última esquina del mundo del hampa hasta los cielos del poder, trenzados sutilmente a lo largo del tiempo. (Taibo II, 1985; Pg. 59)

Así se configura la ciudad también como un límite, señalado en este caso por la corrupción. El hombre que la habita, sea detective, plomero, ingeniero de desagues, tapicero; el hombre de a pie, tropezará siempre con obstáculos a la hora de intentar lograr su empresa, sea cual sea la que su(s) habitante(s) se propongan. Esta visión de la ciudad no se corresponde sólo con el D.F. que recorre Belascoarán Shayne. El lector latinoamericano se siente identificado con esa forma de ver la ciudad, como una trampa que todo lo devora y a la que no se puede dejar de amar,

El parque se encontraba tranquilo, pero ellos sabían que estaban sorteando niños kamikaze en bicicleta; que pasaban al lado de heladeros potenciales violadores; un conductor de un camioncito infantil que si hubiera nacido en Las Vegas, habría sido dealer profesional; una señora que venía de misa, y que si en 1956 el Germán se hubiera aventado sería reina de las putas de Tamaulipas; dos adolescentes que sin duda eran los reyes del tráfico de mota y chicle bomba; un policía esquinero nacido en León, Guanajuato, que había matado a su mamá con un molcajete ; dos funcionarios que aceptaban mordidas para extender permiso de tomas en fraccionamientos y que estaban poniéndose de acuerdo con las tarifas internacionales por el inicio de la inflación; la mamá de Sitting Bull a la que la miseria había condenado a la venta de pepitas, pero que en la noche preparaba pócimas para el amor y el envenenamiento. Huyeron de los patinadores asesinos, que por falta de presupuesto no habían puesto cuchillas afiladas en el borde de sus patines gringos de ruedas; pasaron a un lado de un macizo de peonías que ocultaban media docena de abejas salvajes africanas; observaron a un distraído guitarrista que rasgueaba las primeras notas del himno anarquista Hijos del pueblo y soñaba con bombas de múltiples colores, y salieron de aquel parque que exudaba paz y tranquilidad. (Taibo II, 1985; Pg. 121)

Estas múltiples visiones de la ciudad sólo pueden coincidir después de todo en un personaje que trascienda las diversas fronteras, que pueda ver el peligro pero también la ternura, o el peligro que entraña la ternura, es ahí donde se hace necesaria la figura del detective (en algunos casos periodista, como en la colombiana, Perder es cuestión de método), el personaje donde confluyen los aspectos más siniestros de la ciudad que habitamos, una figura fronteriza y marginal, donde confluyen los mejores, y peores aspectos de la ciudad latinoamericana,

No, yo detective, yo pura madre. Yo lo único que me pasa es que no sé escribir novelas, entonces me meto en las de otros. Yo solito contra el sistema, ya vas. Llevo cinco años cultivando el estilo, porque lo que es la puntería, con la .38 a diez metros se me pela un elefante. Estoy tuerto, cuando llueve cojeo, ayer me di cuentas que ya tenía canas, estoy más solo que perro esquinero, si no fuera por mis hermanos, no tendría a nadie a quien llorarle. No lloro nunca. Me emputa tanto como a ti, me reencabrona cómo se va consumiendo el país y lo van haciendo mierda. Soy tan mexicano como cualquiera. Ha de ser por eso que ya no creo en nada más que en supervivir y seguir chingando. A mí, el 68 se me pasó entre los ojos, y cuando me di cuenta, ya estaban los tanques en la universidad. Leí al Che a los 30, y eso porque una vez me quedé encerrado en una casa donde no había otra cosa que leer. Estudié ingeniería para hacer puentes, catedrales, drenajes, ciudades deportivas y terminé de ojete en la General Electric. ¿A mí qué me dices? Yo soy detective porque me gusta la gente. (Taibo II, 1985; pg.107)

En últimas, se entiende porque en el libro que relata su muerte, el Gremio de los Detectives Independientes, A.K.A. Héctor Belascoarán Shayne, le declara la guerra a las Fuerzas del Mal.



4. Donde se busca justificar la citadera del apartado anterior en función de los postulados de Serje y las propuestas realizadas por Sommer acerca de las funciones que tienen las diferentes ficciones en la construcción de los proyectos de nación.

Como se ha mencionado anteriormente, la novela negra se centra alrededor del crimen como reflejo de la corrupción de la sociedad. Está corrupción también difiere de muchas maneras dependiendo del crimen en que se centra la novela en particular, así como de las problemáticas sociales establecidas que se buscan evidenciar, durante el proceso. El personaje alrededor del cual se modalizan estos elementos. Una de las razones por la cual esto sucede es la situación fronteriza del detective, o personaje principal. Héctor Belascoarán Shayne, en sí mismo un buen representante del sincretismo latinoamericano. Es hijo de un vasco y de una irlandesa, pero sus modismos, formas de comportamiento y decisiones, lo catalogan como un latinoamericano típico. A ello contribuye el hecho de ser producto del mestizaje. Así mismo no pertenece a un estrato socioeconómico característico. A pesar de ser un ingeniero mecánico durante una parte de su vida, deja de serlo para ejercer un oficio inverosímil que lo ubica dentro de la marginalidad, máximo cuando es por esta ocupación que se enfrenta al sistema del que una vez hizo parte. Es curioso, por demás, que a pesar de estar por fuera del sistema sea él mismo un representante de este. Su posición contra las Fuerzas del mal, es a favor de una moral que sirve a un proyecto de construcción de nación , en donde se busca lograr lo que está bien para una sociedad. Desde este punto de vista, la figura de Belascoarán Shayne se halla un poco más cerca de Arturo Cova que de santos Luzardo, puesto que su papel no está en la construcción del proyecto de nación si no que se ve envuelto en situaciones que lo desbordan, muchas de las cuales se le escapan de la mano, lo que incluso lo lleva a la muerte. A diferencia de Cova, empero el personaje representado por el detective logra proponer posibilidades allí donde Cova sólo encuentra la desesperación.

En el espacio urbano propuesto por la novela negra no es posible hallar espacios físicos claramente delimitados como lugares que se hallen fuera de la ley o sean conocidos como zonas rojas, erotizados ni convertidos en elementos estratégicos. La figura del sistema corrupto es omnipresente y omnipotente. Sin embargo la figura del detective independiente, no privado, personifica las fronteras, ya que es él mismo quien al hallarse fuera del sistema se declara salvaje (incluso su apariencia física recuerda la de un proscrito, la de un pirata), él mismo se convierte en objeto del deseo de varios personajes femeninos y en algunas de las novelas del corpus de Taibo II, responde a un elemento estratégico dentro del tablero del poder.

Se debe tener en cuenta, sin embargo que la propuesta de la novela negra, desborda la idea de ficción fundacional, debido a la época en la que se constituye y la influencia de la modernidad. Lo que hace es establecer nuevos paradigmas revisionistas a los modelos de realidad que se presentan en la actualidad. Tal vez esa es una de las razones por las que sea tan difícil establecer la pertenencia de Belascoarán Shayne dentro de un estrato socioeconómico definido, ya que dentro de la realidad latinoamericana se está poniendo cada vez más en duda la conveniencia de los modelos económicos que nos rigen. De acuerdo con Mario Mendoza, a partir de los procesos que estamos viviendo,

(…) se viene un paso salvaje, del capitalismo salvaje al capitalismo depredador, eso causa sólo en América Latina 43 millones de indigentes durante los años 2009-2010-2011; desde esa perspectiva, creo que cada vez más el horror se va a imponer en nuestras sociedades, es decir, gente que va a pasar de la franja de pobreza a la franja de indigencia, multitudes de desarrapados por las calles, durmiendo debajo de los puentes, haciendo fuego en las horas de la noche (Mendoza, 2009)

Desde este punto de vista, las ficciones contemporáneas se hallan en la tarea no sólo de denunciar si no de realizar verdaderas propuestas alternativas al desastre. Dicho de otra forma, la novela negra, denuncia y propone una revisión profunda al modelo de ciudad existente, ya que este último sólo puede ser captado desde el crimen perpetrado.

5. Donde se pretende concluir porque hay que hacerlo.

En el presente trabajo se ha realizado una pequeña revisión del personaje principal de la serie de novelas sobre Belascoarán Shayne, propuesto por el escritor Paco Ignacio Taibo II. Esta revisión se considera relevante a la luz de la teoría de Sommer como una manera de ver que las ficciones contemporáneas pretenden construirse en un reflejo crítico de la realidad, en tanto no se pueden considerar, a la luz de la influencia de la modernidad, fundacionales. En el mismo orden de ideas se puede observar que las características de las fronteras propuestas por Serje son figurativizadas dentro de la novela negra en la figura del detective. Esto sucede porque no es posible confrontar los elementos de centro y de periferia de manera palpable en este tipo de relatos.



FUENTES DE CONSULTA:

• Giraldo Herrera, John Jairo. Entrevista a Mario Mendoza: El realismo degradado es nuestra ciencia ficción latinoamericana. http://www.letralia.com/224/entrevistas01.htm [11/06/11]

• Galán Herrera, Juan José. El canon de la novela negra y policíaca. http://iesgtballester.juntaextremadura.net/web/profesores/tejuelo/vinculos/articulos/r01/05.pdf [11/06/11]

• Serje, Margarita. (2005) El revés de la nación. En Universidad de los Andes (Eds.) El revés de la nación (pp.3-28). Colombia. Universidad de los Andes.

• Sommer, Doris. (1993). Ficciones fundacionales. En Fondo de cultura económica (Eds). Amor por la patria: el romance revisado del populismo en La vorágine y Doña Bárbara. (pp. 333-369). Colombia. Fondo de cultura económica.

• Taibo II, Paco Ignacio.(1976) Días de combate. (1ª. Ed). Colombia. Editorial Norma.

(1985). Algunas nubes. (1ª. Ed.). Colombia. Editorial Norma.

(1989) No habrá final feliz. (1ª. Ed.) Colombia. Editorial Norma.

2 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

Me pareció buenísimo lo que alcancé a leer. Es jarto leer en pantalla, pero peor es leer letra blanca en fondo negro en pantalla.

Anónimo dijo...

Buenas!
Reconozсօ que hasdta ahora no me motivaba mucho estesitio, pero ahora
estoy entrɑndo regularmente y me esta ingeresando bastante.

A segir igual!

Paara mmas informacion ρuede visitar ... Margarita