sábado, 19 de febrero de 2022

AXZNEL VII

 


AXZNEL VII

     Yo me dediqué a los saberes prohibidos. En mi condición de viajante podía llegar a muchas bibliotecas y librerías para conocer todo tipo de magia. Alguna divertida otra prohibida, pero toda consistía en esforzarse, en medir sustancias, en aprender canticos, letanías, oraciones, en preparar objetos, aprender algo de herrería y un poco de floristería. Bueno, la verdad, lo del ikebana fue solo una excusa para hacerle algunos arreglos bonitos a mi mujer.

     Poco a poco mi estatus dentro del grupo fue subiendo.

     Los años fueron pasando. La vida era buena.

     Como grupo comenzamos a mostrar un dominio más marcado. Echamos a los cazadores más revoltosos, tuvimos el apoyo de la gente. El hermano Alonso se convirtió en el político del pueblo. La gente nos referenciaba y nos quería. A mi solían verme con algo de suspicacia, sobre todo cuando en las noches algún ruido escapaba del sótano. Un ruido o partes de tenáculos o tenazas.

     Construíamos algo que jamás pensamos que podríamos construir, siquiera concebir, pero no olvidábamos nuestro objetivo. O podíamos olvidar que todo esto solo podía tener sentido si nos enfrentábamos a Axznel. Entonces encontré El Tarmadón; entonces Axznel vino a nosotros.

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