martes, 21 de octubre de 2008

Los Hijos del Neón y Kalí

Es increíble como somos capaces de adaptarnos y mutar. Es increíble como lo que en algún momento nos impresionó. Los Hijos del neon, siguen aquí, regresaron en silencio, se tomaron de nuevo la ciudad y seguimos tan tranquilos, como si nada hubiera pasado ni pudiese pasar.
Hace unos pocos meses los medos de comunicación no hablaban de otra cosa, hoy esta Tribu urbana es más fuerte que nunca y nosostros simplemente la aceptamos como un decorado, un telón de fondo, o un niño haciendo pataletas.
Es extraña la indolencia, es extraña la memoria, pero al fin y al cabo quiezás eso es lo que nos permite seguir deambulando en esta Tierra de Muertos.

1 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

Ah, la indolencia. Esa sensación tan fuerte y tan cómoda de que no hacer algo es mejor.