miércoles, 29 de octubre de 2008

EXTRACTO DE LA EDITORIAL DE DAVID EMILIO SIERRA APARECIDA EN LA REVISTA MAISTOCK, FANTASÍA Y CIENCIA FICCIÓN, CORRESPONDIENTE AL NÚMERO 546

La revista Maistock, dedicada a la Fantasía y la Ciencia Ficción, es una de las publicaciones más solidas e influyentes de la Maistock Corp. Recapitulando sobre toda la documentación que existe sobre Los Hijos del Neón publico un extracto que me parece relevante para no dejar que la discusión sobre esta Tribu urbana se enfríe.

Comúnmente se cree que la ciencia ficción y la fantasía son subliteratura escapista que en nada se compromete con la realidad social en la que se halla inmersa. Nada menos cierto. En este número cedemos la palabra a escritores, sociólogos, antropólogos y psicólogos, entre otros científicos, dispuestos a jugarse el cuello realizando sus observaciones y análisis de los últimos acontecimientos sociales y su relación con la ciencia ficción latinoamericana de la última década. Lo hacemos además porque creemos que se está gestando un cambio importante, un cambio que afecta nuestra visión de la realidad.
Mas como no queremos que nos acusen, una vez más, de especuladores fantasiosos, voy a referirme en este espacio a los diferentes hechos que confirman esta hipótesis:

Primer Hecho. Cada vez es más acusada las declaraciones tanto de personal militar como civil de extrañas figuras aladas en los cielos de Taz-Nel, Kalí y Madein. El objetivo de su aparición no ha sido confirmado hasta ahora por nadie.
Aunque aparentemente este hecho no ha tenido mayor consecuencia que el avistamiento de platillos voladores a finales de la de cada de 1970 su relevancia social y religiosa ha sido mucho más importante, siendo equiparable a la visión de los cometas a finales de siglo durante la edad media.
La visita de este tipo de criaturas a nuestra tierra es una metáfora social del cambio que se está gestando.

Segundo Hecho. Relacionado con el punto anterior tenemos una mayor fragmentación de las creencias religiosas. Esto ya es un hecho concretamente visible. A lo largo de la Autopista suroccidental de Kalí se pueden contar al menos 83 tipos de iglesias diferentes, desde la Iglesia del Cristo de Palo hasta los Sacrantísimos Seguidores Freudianos del super-yo Divino; desde los Amanuenses del Espíritu Santo hasta los Ortodoxos onfalistas; desde los Testigos de Jehová hasta los Seguidores Agnósticos del Buen Padre; y todos ellos divididos por su interpretación del libro sagrado conocido como Biblia según una u otra revelación. Faltaría enumerar aquí además todas las demás creencias surgidas a partir de las alambicadas simbiosis entre las diferentes creencias predominantes y las disciplinas más o menos científicas humanistas existentes.
Esta fragmentación no es más que el reflejo propio de la angustia que nuestro tiempo ha generado en el ser humano.

Tercer Hecho. La existencia de esos modernos campos de concentración gubernamentales denominados Zonas de Violencia Controlada. Estas dichosas Zonas de Violencia Controlada no son más que el intento infructuoso y torpe del gobierno por mesurar de alguna manera el creciente flujo de desplazamiento de personas de las zonas rurales a los cinturones de miseria ya existentes.
Este vano intento gubernamental de lavarse las manos frente a un fenómeno descontrolado no ha causado más que unas estadísticas ingenuas de reducción de crímenes amparados en unos indicadores estadísticos de violencia esperada versus violencia real, además de traer consigo un fenómeno particular en la cultura de nuestra sociedad. Hacemos referencia, por supuesto, al surgimiento de lo que el doctor Fernando Gálvez, ha denominado “Tribus Urbanas”...

1 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

Bueno...
Das unas señales. Recuerda que este artículo, mucho más que los otros dos, es premonitorio. Y lo que va a venir debe ser grande, muy grande.