domingo, 16 de marzo de 2008

MAISTOCK CORP.

Hace unos pocos días me enteré que además de ser una atroz bebida, Maistock también es el nombre de una editorial Latinoamericana. La razón para saberla fue más placentera de lo que podría suponer. Uno de sus cazatalentos leyó el artículo que escribí sobre la ZV58a3 y supuso que yo era bueno, que podía servir para, lo que King llamó en alguna oportunidad, Disparaletras.
Isabel había marchado para su trabajo y yo estaba frente a la pantalla en blanco del ordenador cuando sonó el teléfono. Escuche una voz masculina diciendo que me llamaban de Maistock Corp. Pregunté que me repitieran de donde y cuando lo hicieron pensé que se trataba de una agencia de licores o de cobranzas. Resultó ser una agencia editorial. Resultó que querían una colección de historias fantásticas para una colección próxima a lanzar.
Al día siguiente me reuní con los editores. Uno era alto, con rostro de que denotaba torpeza y lentitud. El otro tenía los ojos pequeños, el cabello aindiado, la sonrisa fácil. Les comenté un par de mis ideas. El pequeño sonrió, el otro sacó un cigarrillo y me preguntó sobre la facilidad con que aceptaría correcciones y ediciones sobre el texto original. Le respondí con unos versos del Cyrano de Rostand:
Yo soy un discípulo irascible: condición que, cual veis, al punto asoma si me hablan de cambiar sólo una coma. …
Al escribirlo no fui avaro, pues puse en el mi corazón entero. Me lo canto a mí mismo y voy pagado.

Me sorprendió que esta vez sonriera el alto en tanto el bajo se ponía serio para luego ir a lo fijo.
Si quería publicar debería transigir pero podríamos arreglarlo.
Esta vez rodos sonreímos. Antes de continuar con la materia les pregunté de donde había salido el nombre de Maistock y les conté el suceso de la ZV58a3 y de los Hijos del Neón.
El bajo me dijo que Maistock significaba “el nombre de un licor stock que no debe abrirse nunca” y que la palabra había sido inventada por la hija de un lingüista italiano de apellido Simone. La información me sorprendió en especial por el tino que había tenido los de la pandilla de Skin para nombrar el licor.
Fue el alto el que mencionó el oficio de Disparaletras. Hablamos de Chandler, King, Roman y Bodoq antes de volver sobre nuestro tema. Se interesaron en “Historias de los Nombres, los Hombres y las Mujeres”. Les entregué una copia impresa. Les hice saber que quiero escribir según mis términos.
De eso hace cinco días. Aún estoy esperando.

0 comentarios: