lunes, 28 de abril de 2008

SUAMOX


He tenido que pasar más de dieciocho horas en un bus por culpa de los Hijos del Neón, en su último ataque, a punta de piedra, yesca y pedernal, destrozaron tres aviones y de alguna manera incomprensible destrozaron la pista del aeropuerto. Así que por lo tanto, mis últimas horas las he pasado al lado de un borracho que no dejaba de incordiar, de tras de una gorda suprahumana que se las arreglaba para deformar el espaldar de su asiento y cerca del niño llorón más desesperante del planeta.

Suamox, la ciudad-puta, es una pileta nauseabunda de hedor y catastrofe, al menos en su entrada. En este momento estoy en un hotel piojoso (no encontré nada bueno, todo estaba reservado u ocupado) y muero de asco y ansiedad.

Isabel aún no contesta.

1 comentarios:

Marta Rengifo dijo...

Me gustó Suamox. Pero el viaje en autobús es tan común, siempre que se viaja en uno, hay esa clase de problemas. Incluso en avión, si uno tiene la desgracia de ir junto a un europeo, por ejemplo. La foto también está muy chévere.