EL REGRESO
Se vio obligado a recogerse. Llamó
su esencia desde los más lejanos rincones, a travesando el éter y las miasmas pútridas
del infierno. Convocó su espíritu, que transitaba las regiones estelares,
contemplando sucesos incognoscibles, donde miríadas de ángeles y demonios
preparaban su asalto final. Se llamó a sí mismo a través de los tiempos y las
dimensiones; reconcentró su esencia en contra de sus mismos deseos, pues una tarea
terrible debía ser cumplida. Era lunes y debía volver al trabajo, al fin y al
cabo, esa nueva enciclopedia mágica no se iba a pagar solita.
Andor Graut.
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