lunes, 11 de febrero de 2008

ZONAS DE VIOLENCIA CONTROLADA


Las Zonas de Violencia Controlada se originaron al oriente, y las laderas occidentales de Kalí, a partir de asentamientos subnormales de personas desplazada por la violencia en los años 50`s. Lo que empezó como hogares temporales se convirtió poco a poco en invasiones organizadas que los nuevos pobladores defendieron contra la policía y los dueños originales de los terrenos, en su mayoría grandes haciendas de extranjeros y terratenientes.
Por supuesto, la situación de anormalidad en la que venían, las pocas oportunidades laborales y la confusión de estos nuevos habitantes dieron origen a grandes problemas de seguridad que fueron controlados por las autoridades con asonadas constantes y, más a menudo, con el abandono social. A esto se sumo que los grupos de limpieza hicieron de estas zonas sus blancos permanentes. El consumo y la venta de drogas se sumo a las problemáticas mencionadas convirtiendo estos lugares en la zona favorita de pequeños y grandes distribuidores de estupefacientes.
Para su defensa, los barrios aledaños afectados comenzaron a encerrarse como una medida de aislamiento y ostracismo ante sus vecinos. Esto originaría, a su vez, una mayor dosis de violencia de parte de las Zonas de Violencia. Por supuesto, este nombre sólo se ha originado recientemente a partir de medidas estatales dispuestas ante todo a acordonar estos focos de miseria como quien aísla un virus o una enfermedad, sin ofrecer mayores soluciones a los problemas sociales que ante todo se presentan.
El particular nombre se debe al sociólogo Fernando Gálvez, en su ya famoso libro, “Zonas de Violencia Controlada, origen de un nuevo modelo social”, en él cual se discuten los probables desarrollos de este modelo. Sin embargo, y a pesar de las recomendaciones dadas por este sociólogo, apuntaladas a su vez en las observaciones presentada por el escritor William Ospina en “¿Dónde Está la Franja Amarilla?, no han sido tomadas en cuentas por los actuales gobernantes. Por ahora, lo único que se sabe hoy en día es que ha nacido una nueva pandilla autodenominada “Los Hijos del Neón”, que esta azotando la ciudad.
En palabras de otros especialistas, la mencionada pandilla sigue patrones comportamentales alejados de cualquier otra predecesora y asemejándose a una tribu urbana.
Falta saber que más sucederá de aquí a mañana. Por ahora lo único que al parecer se puede hacer es observar.
En esta tierra de muertos, lo único que a los imbeciles se les ocurre hacer es observar.

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