jueves, 28 de febrero de 2008

JUUL


Esta vez Isabel no dice nada. Nota mi ansiedad y consiente en traer mi portátil. Sabe de que voy a escribir por supuesto. De Juul.
Isabel es cruel. Ha leído un montón de libros de psicología y ha llegado a la conclusión de que mi esfuerzo al escribir no es más que una sublimación de mi afán autodestructivo. No sé porque una maestra de preescolar lee psicoanálisis pero ella lo hace.
Así que una vez ha llegado a esta conclusión, cada vez que los azares de mi labor dan conmigo en el hospital se sienta a mi lado y me lee con fruición algún libro infantil de carácter sádico. Esta vez el escogido fue Juul.
El libro, editado por Lóguez, se halla acompañado de fotografías de una hermosa escultura de madera, y su personaje principal, adivinamos que es un niño falto de carácter, se va desmontando poco ante las acidas observaciones de los demás hasta que finalmente su cabeza es utilizada para un partido de fútbol. Un balón de carne que ni siquiera sirve para anotar un gol.
La historia me ha recordado muchas de esas personas que perfectamente son prescindibles para la raza humana, que no aportan en absoluto a la existencia. Sin embargo, vista desde la perspectiva literaria, Juul es un libro agarrador que espero poder birlarle a mi querida y sádica esposa para añadirlo a mi biblioteca y que hoy recomiendo a quienes quieran saber un poco más sobre esos esperpentos fantasmagóricos y amorales que son los niños.
Juul además ha dado origen, en España, a una pieza de teatro y aun montón de talleres sobre agresividad entre niños tanto en la escuela como en su vida diaria.
Vamos a ver, si no me dan de alta antes, con que libro extraño saldrá Isabel mañana.

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